El Museo Británico, sede de algunas de las colecciones arqueológicas más importantes del mundo, informó este miércoles de que ha despedido a uno de sus empleados tras haber detectado objetos «extraviados, robados y dañados».
Entre las piezas afectadas se incluyen artículos de joyería de oro, piedras semipreciosas y objetos de vidrio datados entre el siglo XV a.C. y el 19 d.D., la mayoría los cuales no estaban en exposición y se utilizaban principalmente para investigación y trabajos académicos.
«Hemos reforzado nuestras medidas de seguridad y estamos colaborando con expertos externos para llevar a cabo un informe exhaustivo» sobre los artefactos afectados, afirmó a los medios el director del museo, Hartwig Fischer, que centrará ahora sus esfuerzos en la «recuperación de las piezas«.
Según ha trascendido, el departamento de delitos económicos de la Policía Metropolitana de Londres lleva a cabo en paralelo su investigación. «Los miembros de la junta directiva del Museo Británico estuvieron sumamente preocupados al conocer a principios de este año que se habían robado elementos de la colección», dijo por su parte el exministro británico de Economía George Osobrne, presidente de la institución.
La junta ha tomado «medidas contundentes para abordar la situación, colaborando con el equipo del museo» y ha utilizado «todos las capacidades disciplinarias a su alcance para lidiar con el individuo a quien creemos responsable», agregó Osborne.
Fundado en Londres hace casi 270 años y con una superficie de 135.000 metros, el British Museum -como se lo conoce en inglés- es uno de los museos más conocidos y concurridos del mundo: sus colecciones abarcan campos diversos del saber humano, como la historia, la arqueología, la etnografía y el arte.
