El presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, anunció que renunciará el miércoles 13 de julio, luego de que los manifestantes invadieran su casa y nadaran en su piscina.
La nación isleña se encuentra en una profunda crisis económica, lo que hace que muchas personas no puedan acceder fácilmente a alimentos, combustible y medicamentos durante meses debido a la escasez.
Hartos de la crisis y exigiendo la renuncia del presidente Rajapaksa, los manifestantes irrumpieron en su residencia oficial y se bañaron en su piscina, diciendo que se quedarán allí hasta que renuncie.
El presidente de Sri Lanka fue trasladado a la seguridad de un buque de guerra antes de que los manifestantes irrumpieran en el palacio presidencial, informa Sky News.
Los manifestantes también pidieron la salida del primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, incendiando su casa el sábado 9 de julio.
Ambos políticos han dicho que renunciarán, pero los manifestantes han dicho que no lo creen y que no se irán hasta que la pareja esté oficialmente fuera del cargo.
Muchos manifestantes han llevado a sus hijos a la casa presidencial para mostrarles los alrededores, y muchos niños no tienen adónde ir porque las escuelas han sido cerradas debido a la falta de electricidad.
La crisis en Sri Lanka es muy grave, ya que el país se ha quedado sin divisas y no tiene dinero para comprar alimentos, medicinas y combustible suficientes para mantener el país en marcha.
A los servidores públicos se les ha dicho que se queden en casa y cultiven alimentos en lugar de intentar ir a trabajar, particularmente porque muchos edificios gubernamentales importantes están ocupados actualmente por manifestantes.
También se les ha dicho que pueden irse a trabajar a otro país durante cinco años si envían el dinero que ganan a Sri Lanka, y que su trabajo seguirá esperándolos cuando regresen.
Según BBC News, otros políticos de Sri Lanka se han reunido para discutir cómo tener una transición pacífica del poder una vez que el presidente Rajapaksa renuncie.
La sugerencia actual es formar una coalición entre partidos como máximo una semana después de la renuncia del presidente, siempre que realmente lo haga.
Una gran razón detrás de la crisis es que la inflación supera el 50%, elevando los precios a niveles increíblemente altos y poniendo muchas necesidades básicas fuera del alcance del pueblo de Sri Lanka.
Con las reservas de efectivo extranjero del país casi agotadas, tampoco puede darse el lujo de comprar bienes de otras naciones.
El gobierno de Sri Lanka ha culpado al impacto de la pandemia de Covid-19 que ha acabado con la industria turística de la nación.
Sin embargo, los expertos económicos argumentan que la mala gestión financiera es una de las principales razones detrás de la crisis, y culpan al gobierno por los importantes recortes de impuestos y no logran encontrar mercados extranjeros para los bienes de la nación.
En este momento, todos los ojos en Sri Lanka están puestos en el presidente y el primer ministro, para ver si cumplirán sus promesas de renunciar, de lo contrario, los manifestantes continuarán invadiendo la casa y nadando en la piscina.
