En el desierto de Thar en la India, cientos de mujeres pobres reciben latas de pintura blanca que refleja la luz solar para cubrir los techos de sus casas. Puede enfriar las áreas habitables hasta 4 °C al enviar la radiación del Sol de vuelta al espacio.
El programa fue iniciado por Mahila Housing Trust (MHT), que trabaja como una organización sin fines de lucro con mujeres pobres en el centro y oeste de la India para ayudarlas a escapar de los efectos debilitantes del calor.
Recientemente presentado en la BBC, MHT comenzó a trabajar por primera vez en Ahmedabad, en el estado de Gujarat, en 2009 antes de expandirse a otras ciudades en otros nueve estados de la India, donde han instalado funciones de refrigeración en 30.000 hogares.
Fueron invitados en 2017 a contribuir al Plan de Acción de Calor de Ahmedabad, después de probar una serie de opciones económicas de enfriamiento sin refrigerante, como techos de césped. Sin embargo, fue la pintura ultrablanca la que resultó ser la más eficaz y económica.
Finalmente, MHT llegó a los barrios marginales de Jodhpur, donde entregaron 116 latas de esta pintura a familias pobres. Una de estas latas de pintura fue entregada a “Pinky”, quien a los 19 años es la mayor de tres niños huérfanos en el barrio pobre de Badi Bhil Basti.
Durante los meses más cálidos, ella y sus dos hermanos menores tuvieron que tomar medidas drásticas para mantenerse frescos, como mojar un saco de arpillera y envolverlo sobre el ventilador para que soplara aire húmedo y más fresco en la habitación. Después del anochecer, muchas personas dormían en sus techos porque el calor absorbido en las casas de ladrillo o lámina corrugada sería demasiado.
En el verano las temperaturas pueden superar los 47,7 °C, lo que para las familias pobres es suficiente para causar una variedad de problemas de salud.
Ahora, gracias a la pintura, Pinky y sus hermanos pueden estudiar en las salas de estar incluso durante la tarde. Ella es tutora de niños más pequeños en Badi Bhil Basti, y cada vez más pueden venir y pasar sesiones más largas con ella porque no se ven afectados fisiológicamente por el calor, lo que significa más ingresos para la joven de 19 años.
“Nosotros mismos pintamos el techo. Se sintió muy bien pintar la propia casa”, le dijo a la BBC. “Antes, los niños más pequeños [a quienes doy clases particulares] se quejaban constantemente del calor. Debido al calor, los padres no los enviaban. Ahora a los niños no les sangra la nariz”.
Al investigar el impacto a largo plazo de la pintura, algunos residentes informaron que comenzó a desaparecer después de solo un año y que se necesita un mantenimiento regular para garantizar que dure más. Sin embargo, en comparación con otras soluciones, es increíblemente fácil de difundir, ya que incluso los niños saben cómo usar un pincel, y en el mercado puede costar menos de la mitad de los ingresos de un mes para una persona pobre en el sur de Asia.
