Nueva York vive horas de máxima tensión. Un devastador incendio forestal se desató este sábado en la región de Pine Barrens, en el condado de Suffolk, y las autoridades ya declararon el estado de alerta. Las imágenes compartidas por los residentes de Long Island muestran la magnitud de las llamas, que alcanzaron 30 metros de altura, arrasando todo a su paso y dejando un paisaje desolador.
La gobernadora Kathy Hochul confirmó que se desplegaron helicópteros de la Guardia Nacional y múltiples agencias estatales para contener el fuego. Sin embargo, el avance de las llamas forzó el cierre total de la autopista Sunrise desde la salida 55 hasta Westhampton Beach, mientras los equipos de emergencia comenzaron a evacuar zonas residenciales y comerciales.

«Parece una bomba nuclear. No está bajo control en absoluto. Da mucho miedo», relató una comerciante que fue evacuada de emergencia.
En el terreno, al menos 20 dotaciones de bomberos, apoyadas por equipos de respuesta aérea, combaten las llamas en condiciones extremadamente difíciles, agravadas por fuertes vientos que aceleran la propagación. Uno de los bomberos resultó herido con quemaduras de segundo grado en su rostro y fue trasladado al Hospital Universitario Stony Brook, según informaron medios locales.
El fuego, que habría comenzado alrededor de las 14:00 horas, avanza sin control por el área de Manorville y ha puesto en riesgo a varios negocios de Riverhead Westhampton Road. Las redes sociales se llenaron de videos impactantes que muestran cómo las llamas invaden zonas urbanas y generan una espesa nube de humo visible desde varios kilómetros.

El director ejecutivo de Suffolk, Edward P. Romaine, indicó que trabajan «en estrecha colaboración con la ciudad de Southampton» para coordinar los esfuerzos de emergencia y frenar esta crisis. A pesar del despliegue de recursos, la situación sigue siendo crítica.