Como la mezquita más grande de Marruecos, y una de las más grandes del mundo, la Mezquita Hassan II tiene una importancia tal que puede dar la sensación que se exagera cuando hablamos de ella.
Desde su finalización en 1993, ha proporcionado refugio, consejo religioso y compañerismo a la población musulmana de Casablanca. Justo en las afueras del intenso centro de la ciudad, en la desembocadura del Océano Atlántico, es también uno de los monumentos más hermosos que podrás ver alguna vez.
Estamos seguros que es imposible captar plenamente la magnitud de estos lugares históricos, desde sus tamaños hasta la magia que tienen a su alrededor. En persona, claramente, es la forma de experimentarlo en su totalidad.
Sin embargo, es cada vez más común ver que la mayoría de los turistas que visitan estos lugares, no disfrutan, no valoran o quizás hasta menosprecian lo que tienen enfrente. Solo se preocupan por tomar una selfie y seguir tachando lugares de su lista.
Pareciera ser un síntoma de la vida moderna, pero no menos inevitable, que nos obliga a documentar nuestras vidas (a cada momento) y mostrarles al resto cada instante importante de nuestra vida.
Pero no es que estemos en contra de las selfies, solo que hay momentos o lugares en los cuales estas se convierten en sacrilegio. No podemos ser tan egoísta de tapar semejante paisaje solo para demostrarle al mundo donde estamos o que hacemos, cuando la importancia en verdad, la tiene el lugar por sí solo, sin importar si le agregamos un #nofilter.
Pusimos el ejemplo de la Mezquita de Hassan porque supimos de esta experiencia recientemente. Pero es algo que se repite en todos lados, en cualquier lugar turístico importante. En Casablanca, los turistas ni siquiera respetaban los momentos de oración en la mezquita, porque lo más importante para ellos no era vivir y experimentar ese momento único, sino que estaban más preocupados por tomar su selfie. Se puede llamar miopía cultural o simplemente el producto de cómo vivimos en el mundo moderno, sin valorar lo que tenemos enfrente.
A todos nos ha pasado, seguramente, ser parte de esto. Pero creemos que es momento de tomar un poco más de consciencia, de llevar a delante un turismo más respetuoso con el lugar en el que estamos y, por sobre todo, repensar si estamos viviendo más para otros que para nosotros mismos.
