De acuerdo a una nueva legislación que se está debatiendo en el Parlamento griego, los hoteles ubicados en las paradisíacas islas de este país podrían verse obligados a llenar sus piscinas con agua de mar durante su próxima temporada de verano en consecuencia de las severas condiciones de sequía que afectan a la zona.
Grecia ha enfrentado condiciones de sequía agudas los últimos dos años, y la inminente llegada de una nueva temporada turística a partir del mes de marzo añade todavía más presión sobre los recursos hídricos, especialmente en islas que se posicionan como destinos vacacionales populares.

Según ha reportado un comunicado de AP (The Associated Press), Elena Rapti, viceministra de Turismo, anunció planes del gobierno para eliminar los obstáculos legales existentes para bombear agua de mar en piscinas privadas, una medida que, sin dudas, permitiría el cambio en respuesta a la disminución de las reservas de agua en muchas islas.
“Esta propuesta regula el marco para llevar a cabo la extracción de agua de mar y su bombeo para piscinas. El enfoque, por supuesto, es conservar los recursos hídricos”, objetó Rapti a una comisión parlamentaria. De esta manera, el proyecto tiene como objetivo garantizar el ahorro de agua que podría destinarse a otros usos urbanos.
Cabe recordar que durante el pasado verano, muchas islas turísticas como Mikonos, Santorini, Sifnos, Leros, Creta o Cefalonia, afrontaron serios problemas de escasez de agua debido a una prolongada sequía que vació los embalses en medio de la alta temporada turística. En paralelo, los expertos indican también que en Grecia faltan infraestructuras críticas para almacenar agua, como presas y otras instalaciones, ya que el sistema de redes de suministro actual resulta anticuado al generar pérdidas de hasta el 50% de este recurso.
Por su parte, la medida a tratar resulta un tanto polémica para algunos defensores del impacto medioambiental que esto podría provocar. Según reporta un artículo de Forbes México, Ilias Nokas, director del departamento de Gestión de Aguas en la región del Egeo del sur, explicó en el diario griego Kathimerini que «la legislación no contempla eliminar el cloro del agua salada antes de su vertido al mar tras ser usada en las piscinas«.
Es decir, “ese agua, tras la adición de un producto químico, debería tratarse como residuo”, explicó Nokas, al mismo tiempo que añade que el proyecto prácticamente permite a cada hotel instalar una tubería hasta el mar, lo que “plantea muchos riesgos en un país donde no hay controles”.