Hace semanas te contaba una insólita iniciativa de un grupo de hinchas de una típica práctica deportiva en Polonia, quienes decidieron alquilar una grúa para no quedarse afuera del evento que cumplía a rajatabla el protocolo de distanciamiento social. Ahora, alquilar una grúa fue la alternativa más apropiada que varias amigas encontraron para sorprender a un miembro de su grupo que atraviesa un particular y delicado momento de salud.
Se trata de un grupo de amigas mujeres oriundas de la ciudad de La Plata que no pudieron soportar ni un día más del aislamiento vigente en la zona para acercarse, con el cumplimiento de precauciones sanitarias mediante, a saludar afectuosamente a una de sus amigas que se encuentra internada en un hospital en ciudad de Buenos Aires.
Debido a las restricciones causadas por la pandemia del coronavirus y la cuarentena, el ingreso a los hospitales está exhaustivamente limitado, pero aquello no fue un obstáculo para estas mujeres que querían mostrar su apoyo incondicional a quien desde hace dos meses está ingresada en el Instituto Fleming del barrio porteño de Colegiales.
El amor es más fuerte dice una canción argentina interpretada por Ulises Butrón, y esta historia es un claro ejemplo de que los vínculos no pueden cortarse ni con la presencia de la pandemia más aterradora de la que se tenga registro en este último tiempo. A partir del alquiler de una grúa, estas mujeres pudieron elevarse hasta la ventana de la habitación donde desde hace semanas permanece internada Gabriela, una paciente de 52 años.
“Cómo no íbamos a venir. Sabía que te íbamos a poder ver. Estamos acá boluda, no lo puedo creer. No pueden con nosotros Gabi”, manifestó en un video una de las 12 amigas que subieron a la grúa luego de alcanzar la terraza del edificio. Desde ya que el gesto fue recibido por Gabriela con mucha emoción, quien salió a recibir el cariño de todo el grupo.
Según detallaron en el diario local El Día, Gabriela y sus amigas se conocen desde hace 12 años en un grupo de running de la capital bonaerense y, como en tantas otras historias que se dieron en cuarentena, advierten que si bien mantuvieron contacto por videoconferencia, consideran que “no es lo mismo” que verse en persona. Sin dudas, una verdadera forma de honrar la amistad.
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