Un grupo de voluntarios viajó a la Patagonia argentina para reforestar árboles afectados por incendios forestales en 1995

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Motivados por las ganas de formar parte de iniciativas de cuidado medioambiental y el interés en promocionar prácticas ligadas a la sostenibilidad, un grupo de jóvenes viajó hacia Bariloche para reforestar árboles afectados en el Cerro Catedral, montaña que conforma el centro de esquí más desarrollado de Sudamérica y se encuentra dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, al sur de Argentina.

Gracias a la colaboración de más de 80 voluntarios -60 ciudadanos de Bariloche, 10 influencers y 10 miembros del equipo de TROWN- que cumplieron al pie de la letra el protocolo de distanciamiento social dispuesto por Parques Nacionales, institución que también colaboró en las tareas de reforestación, se plantaron unos 2.500 árboles: en su mayoría ejemplares nativos de lengas, coihues y ñires.

Un grupo de voluntarios viajó a la Patagonia argentina para reforestar árboles afectados por incendios forestales en 1999
Un grupo de voluntarios viajó a la Patagonia argentina para reforestar árboles afectados por incendios forestales en 1999
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Los participantes de la iniciativa fueron en su mayoría jóvenes auto convocados e impulsados a ser parte de la propuesta a partir de la intervención de Trown, una marca de gorras e indumentaria creada en Buenos Aires pero con impronta patagónica (uno de sus fundadores es barilochense) que tiene un firme objetivo de colaborar con el medio ambiente.

El lugar elegido para reforestar árboles afectados y plantar los 2000 lengas, 300 coihues y 200 ñires fue una ladera del Cerro Catedral, camino al refugio Frey, que resultó afectada por graves incendios ocurridos en 1995.

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La acción logró llevarse a cabo gracias a la colaboración de la Provincia de Río Negro, el municipio de Bariloche y el Parque Nacional Nahuel Huapi, los cuales brindaron un marco seguro para que se desarrolle la actividad respetando todos los protocolos necesarios para el distanciamiento social. 

El principal lema de la marca reside en que, por cada producto vendido, Trown destinará un porcentaje de las ganancias para la compra de un árbol que luego será plantado en algún punto de la Patagonia, promoviendo así la participación de las empresas en lo que respecta a responsabilidad social y dando lugar a la generación de un impacto positivo en cuestiones ambientales.

Tomás Mejía, quien junto a Emiliano Caroprese craneó el surgimiento de esta marca a partir de la cual se pudieran diseñar artículos de alta calidad vinculados a la flora y fauna autóctona de Argentina pero sin generar impacto medioambiental, relató al medio barilochense ANB previo a la jornada de reforestación: «Por ser de Bariloche siempre pensé en la problemática de los incendios forestales… El año pasado hicimos una reforestación con 4500 especies en el Parque Nacional Los Alerces”.

Todos los interesados en participar de las próximas reforestaciones pueden anotarse enviando un mail a voluntarios@trown.com.ar. Para más información, pueden consultar en www.trown.com.ar y seguir de cerca estas acciones en las redes sociales de @trownheadwear

Bariloche y una triste historia con el fuego: ¿Qué ocurrió en los incendios forestales de 1999?

La Patagonia argentina es sede de grandes masas forestales, asentadas precisamente en la zona cordillerana, un lugar con un importante caudal económico, fundamentalmente por la visita de miles de turistas que cada año disfrutan de un entorno paisajístico admirable y también de un clima agradable tanto en el verano como durante el invierno. Pero, para que aquello siga sucediendo, será imprescindible hacernos responsables de las condiciones de cuidado que los entornos naturales requieren.

Con importantes centros de sky con nivel internacional, y una estructura turística desarrollada junto con un creciente asentamiento poblacional basado en sus dos importantes centros turísticos como lo son San Carlos de Bariloche y El Bolsón, tristemente esta zona de la Patagonia se ha visto protagonista de numerosos acontecimientos generados por el fuego, identificado entre los locales como el “enemigo número uno de los bosques”.  

Particularmente, un incendio del Cerro Catedral en Bariloche, ocurrido en el verano de 1996, generó gran trascendencia no solo por verse afectado un centro turístico invernal tan conocido en todo el mundo, sino porque el trágico suceso también se convertiría en una bisagra en la historia del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales (SPLIF) de la provincia de Río Negro.

De aquel entonces surge la creación del Plan Nacional de Manejo del Fuego y en lo que respecta a la provincia de Río Negro se deroga la Ley 2160 con la puesta en vigencia de una nueva norma: la Ley 2966, que le dio fuerza para marcar un crecimiento acorde a la necesidad de protección de los bosques, fijando facultades y obligaciones a un organismo provincial, reglamentando cada una de las actividades a cumplir.

El manejo operativo diseñado anteriormente resultó ineficiente ante la acción del hombre y los efectos climáticos que provocaron un nuevo y aún más catastrófico incendio forestal en la temporada 98–99, cuando el fuego alcanzó 44.000 hectáreas alrededor de Bariloche. Registros de esas jornadas indicaban la presencia de incendios llevados por vientos de 74 kilómetros por hora en frentes de 1.500 metros: fuegos que arrasaron con laderas del cerro Villegas y afectaron a bosques nativos cerca de la laguna Los Moscos, situada al pie del cerro Tronador y en pleno corazón del Parque Nacional Nahuel Huapi.

Algunos medios titularon aquellos episodios como las noches en las que nadie pudo dormir en Bariloche. Para febrero de 1999, los incendios ya habían arrasado 150.000 hectáreas en el Corredor de los Lagos, aunque la gran mayoría correspondió a zona de estepa, con pastizales y arbustos.

Más de veinte años pasaron desde entonces y los visitantes que hoy recorren los lugares afectados pueden encontrarse con «árboles blancos», ejemplares que en su mayoría tenían más de 200 años y resultaron arrasados por el fuego en la década del 90.

Debido a estos recurrentes incendios de los últimos 20 años en el Parque Nacional Nahuel Huapi, TROWN manifestó su interés de generar una reforestación que ayudara a recuperar las miles de hectáreas perdidas en aquella zona. En conjunto con las autoridades del parque, se logró reconocer una área en la ladera sur del Cerro Catedral que había sufrido un gran incendio en 1995. Para aquellos conocedores el lugar específico queda en el sendero que lleva a refugio Frei, en un trecho conocido como «El bosque incendiado«. 

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Una mirada positiva hacia las empresas: instituciones con impacto y responsabilidad social

Quienes hacen Trown admiten que la venta de gorras y demás accesorios originados por la marca no es más que un medio para consolidar su propósito ecológico mediante el cual intentan «devolver y fomentar el espíritu de una vida al aire libre y así también concientizar y salvaguardar estas maravillosa tierra de las marcas que el hombre deja en ella«.

Metafóricamente, los lugares elegidos para contribuir con acciones positivas se encuentran explícitamente intervenidos por esas ‘marcas’ del hombre: aún hoy, más de veinte años después, los incendios ocurridos en Bariloche todavía tienen huellas en la naturaleza.

En diálogo con Intriper, Tomás Mejía reflexiona acerca de la importancia de dotar al mundo de empresas que intenten salvar el mundo, que publiciten un fin ambientalista. Admite que, si bien la generación anterior a la suya concebía la importancia del «impacto cero» en las empresas, afianzando la idea de que no afectaban a la naturaleza, hoy el planeta necesita de empresas que combatan las problemáticas medioambientales con el «impacto positivo», poniendo más en el ambiente o en la sociedad de lo que se toma de ellos.

Así mismo, desde Trown también persiguen el modelo de que como consumidores tenemos el poder de cambiar el mundo siendo cuidadosos a la hora de elegir los productos que compramos, un concepto relativamente nuevo que convoca a desarrollar una consciencia crítica sobre el papel de las personas que eligen en función de productos que sean buenos para su salid, el entorno social y el medio ambiente.

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