Se trata de un hallazgo que ha sorprendido tanto a los arqueólogos de la Universidad de Cádiz que lo han descubierto como a las miles de personas que durante los años han recorrido la zona sin siquiera saberlo mientras se dirigían a la playa sobre las dunas que han ocultado estas termas. Estas termas romanas, que comprenden una estructura de casi cuatro metros de altura, han sido identificadas en un extraordinario estado de conservación, algo verdaderamente insólito tratándose del tiempo pasado desde su origen.
Para poner en contexto, cabe destacar que las dunas que rodean el Cabo de Trafalgar, uno de los espacios más emblemáticos y visitados de la costa de Cádiz. Dichas dunas han protegido durante dos mil años unas termas romanas que ahora han salido a la luz en un estado excepcional de conservación. «Es una estructura con un estado de conservación excepcional en la Península Ibérica y, en general, en el Mediterráneo Occidental«, explicó al respecto el catedrático de Arqueología de la Universidad de Cádiz Darío Bernal. Lo verdaderamente llamativo de este caso es que la estructura mantiene en pie casi cuatro metros de alzado, con sus puertas y sus ventanas.
El investigador Darío Bernal y su equipo han constatado que los hallazgos corresponden a un sofisticado complejo termal rural, que disponía de un circuito de aire caliente alimentado por un horno que emanaba a través de cámaras en suelo y en las paredes. Ante este descubrimiento, aseguran que podría tratarse de termas que servirían para dar un servicio de higiene, y de ocio a los trabajadores de las almadrabas, de las fábricas de salazones y de acuicultura de la zona.
Los arqueólogos tratan ahora de buscar otros restos en esta zona de una industria, la pesquera, que en la época imperial se caracterizaba por poseer un gran esplendor y que tuvo en las costas gaditanas un especial desarrollo. De hecho, el descubrimiento de estas termas romanas no sería el primer evento que tiene lugar en la zona. Muy cerca del propio Faro de Trafalgar, a unos 500 metros del lugar en el que han emergido las termas, ya emergieron hace años unas estructuras de viveros y piletas romanos, supuestamente de una etapa anterior al nuevo hallazgo.
Según explican los especialistas, el hallazgo de estas nuevas termas, con varias habitaciones que posiblemente contarían con distintas temperaturas y piletas con agua, da idea de que el enclave pesquero que habría en esta zona era «mucho más importante de lo que pensábamos» ya que no solo albergaba fábricas de producción pesquera. Bernal amplió: «Si tenían un complejo termal, probablemente hay varios edificios más soterrados que esperamos poder investigar y sacar a la luz en los próximos meses«.
Los medios locales han reportado que también se investigarán los restos de estuco rojo, blanco y negro y de mármol que se han hallado en las termas, y que darán un poco más de idea acerca de cómo estarían recubiertos los muros de este edificio que, según estiman, debió funcionar unos 300 años entre el siglo IV y V después de Cristo.
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