Se trata de un pedido insólito y de no creer que ha sido realizado por Belgapom, la organización que reúne a los productores de papas en Bélgica.
Es un intento por salvar de la destrucción a unas 750.000 toneladas de papas que no han encontrado plato debido a la falta de consumo en restaurantes y festivales. En consecuencia, la solución que las autoridades han encontrado es fomentar a los habitantes a comer el doble de porciones de papas fritas.
El secretario general de la organización Belgapom, Romain Cools, ha indicado «Comamos todos papas fritas dos veces por semana en vez de una sola vez«.
Así mismo, Belgapom ya ha anunciado que otra de las posibilidades para encontrar un fin a la cantidad de papas sobrantes es donarlas a entidades benéficas, por lo que comunicaron la entrega de 25 toneladas cada semana a los bancos de alimentos.
La ministra de Agricultura Hilde Crevits al Brussels Times aseguró: «De esta manera, parte del stock de papas se utilizará y podremos evitar la pérdida de excelentes productos, por los que nuestros agricultores han trabajado tanto«.
Una ciudad de Bélgica propone el uso de pulseras electrónicas para cumplir con el distanciamiento social por coronavirus
De los países que conforman al continente europeo, Bélgica es el que parece haber demostrado una mejor gestión en cuanto a la pandemia de coronavirus, ya que ante la escasa cantidad de casos contagiados, planea regresar pronto a las actividades cotidianas.
Sin embargo, tal como han estimado los organismos más importantes del mundo, el distanciamiento social es algo que deberá permanecer interiorizado en nuestras prácticas cotidianas. En efecto, la ciudad de Amberes, epicentro de la actividad empresarial nacional, ha diseñado un sistema para que sus trabajadores continúen tomando las precauciones requeridas.
Se trata del uso permanente de una pulsera electrónica, cuyo dispositivo avisará cuando dos personas estén a menos de 1 metro y medio de distancia, es decir más cerca de lo permitido para la prevención del contagio.
De esta manera, la pulsera advertirá cuando deban tener recaudo de separarse para evitar contagiarse de Covid-19. Los ingenieros belgas desarrollaron estas pulseras que parecen cumplir una función estética similar a la de un reloj. Están recubiertas en plástico negro, vibran cuando se mueven a menos de tres metros (unos 10 pies) el uno del otro. La fuerza de vibración es similar a la de un teléfono móvil, pero más obvia cuando está conectada a una muñeca, aumenta cuanto más se acercan las pulseras, pero si no se da cuenta también tiene luces de advertencia. Continuar leyendo…
