Según ha destacado la prensa brasileña, fue la mismísima Michelle Bolsonaro, esposa del presidente del país, una de las principales impulsoras de la ley. Si bien en un primer momento el primer mandatario se mostró dubitativo y manifestó dudas respecto a la reglamentación, decidió someterlo a una encuesta que terminó por constatar cuál era la decisión a tomar.
En efecto, durante los primeros días de octubre Jair Bolsonaro promulgó una ley que agrava las penas para el maltrato animal en Brasil. Curiosamente, recurrió a un acto insólito para «oficializar» la medida: al firmar el documento, alzó a un perro que puso su huella sobre el papel.
Por su parte, la ley contempla una pena de hasta cinco años de detención para quienes perpetren algún tipo de abuso contra perros y gatos. Cabe destacar que, previo a esta nueva disposición, el maltrato animal en el país vecino se castigaba con penas de hasta un año. Ahora, con el cambio incorporado, se elevaron las penas, se agregó una multa y se determinó la prohibición de volver a tener una mascota.
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