La ciudad de Miyazaki, en el suroeste del país asiático, decidió poner lanzar un proyecto que busca unir a personas que se quieran involucrar románticamente. Dicho proyecto recibió el nombre de Koibumi (“cartas de amor”); esta iniciativa en Japón busca ser una alternativa a las aplicaciones de citas.
Hasta ahora, unas 500 personas (60% mujeres y 40% hombres) de esta zona de Japón se animaron a enviar cartas para conocer a otras personas y, en total, se formaron 17 parejas. Para Rie Miyata, quien forma parte del equipo que une a los participantes, esta cifra es considerada un éxito. «Pensaba que la gente lo percibiría como algo antiguo, pero durante la pandemia fue muy bien, ya que los jóvenes lo ven como algo nuevo que no han hecho nunca», indicó.
El proyecto no es una ocurrencia. Se da en un contexto donde Japón tiene la población totalmente envejecida y la tasa de natalidad alcanzó los índices más bajos de su historia.
A diferencia de la mayor parte de las aplicaciones y páginas de citas que se basan sobre todo en la apariencia, «Koibumi» prohíbe la utilización de fotos con el objetivo de animar a aquellos que se sientan inseguros con su aspecto o sean tímidos, con la esperanza de que los participantes basen su decisión en la personalidad y no solo en el físico.
Después del intercambio de cartas y una vez que ambas partes deciden conocerse, los jóvenes se encuentran frente a un buzón de correos, pintado de amarillo para que sea fácilmente reconocible, y tienen su primera cita.
Tras la misma, los organizadores del proyecto les entrevistan de forma individual para saber si quieren seguir conociendo a la persona o no, aunque según explica Miyata, solo en una ocasión una persona dijo no querer volver a ver a la otra de forma contundente.
«Ahora que la información visual nos domina y con la baja tasa de natalidad, queríamos crear un proyecto cálido y que dé a las personas con interés en enamorarse la valentía para salir y hacerlo», explica Miyata.