En la ciudad de Prayagraj, al norte de la India, tiene lugar el Kumbh Mela, un evento monumental que reúne a millones de personas y es considerado la mayor concentración de fieles del mundo. Este año, se espera que más de 400 millones de peregrinos hindúes se den cita durante seis semanas para participar en una celebración que mezcla devoción, tradición y colores vibrantes.
El festival gira en torno a un baño sagrado en Sangam, la confluencia de los ríos Ganges, Yamuna y el mítico Sarasvati. Según la tradición hindú, sumergirse en estas aguas purifica el alma, limpiando los pecados y otorgando bendiciones divinas. Esta práctica espiritual atrae a devotos de todos los rincones del país, quienes llegan al vasto recinto de 4,000 hectáreas, transformando la zona en una ciudad efímera llena de vida y fervor religioso.

El origen de esta celebración se encuentra en un antiguo mito hindú. Se dice que en una batalla entre dioses y demonios por una jarra (Kumbh) de néctar de inmortalidad, algunas gotas cayeron sobre cuatro ciudades de la India, siendo Prayagraj una de ellas. Desde entonces, estas ciudades se han convertido en lugares sagrados donde el Kumbh Mela cobra vida.
Durante el festival, los peregrinos se organizan en grandes procesiones lideradas por ascetas y santos, con cantos, danzas y una explosión de colores que llenan el ambiente de espiritualidad y alegría. Este espectáculo es tan imponente que puede ser visto desde el espacio, destacándose como un recordatorio de la magnitud de la fe y la unión humana.

El Kumbh Mela ha sido reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, destacando su relevancia cultural y espiritual no solo para la India, sino para el mundo entero. Una celebración que demuestra cómo la tradición, la fe y la humanidad pueden converger en una experiencia verdaderamente extraordinaria.