Con la llegada de la temporada invernal, miles de fanáticos del esquí se lanzan a buscar el mejor destino para disfrutar de la montaña. Sin embargo, más allá de la calidad de la nieve o la extensión de las pistas, existe un pequeño grupo de centros que destacan por ofrecer una experiencia de ultra lujo, frecuentada por celebridades, empresarios y miembros de la realeza. Estos son considerados los templos más exclusivos del esquí a nivel mundial.
En lo más alto del ranking aparece Courchevel 1850 (Francia), la primera estación moderna construida en los Alpes tras la Segunda Guerra Mundial. Su fama de destino inaccesible le valió el apodo de el “St. Tropez de invierno”. El complejo reúne hoteles de cinco estrellas, boutiques de alta gama y numerosos restaurantes con estrellas Michelin. No es casual que Courchevel figure entre los lugares más caros para vivir del planeta.

En Estados Unidos, una de las joyas ocultas es Telluride (Colorado). Ubicada en el corazón de las Montañas Rocosas, se accede tras un recorrido complejo que aumenta su aire de exclusividad. Ofrece 120 kilómetros de pistas con nieve de altísima calidad. Su descenso más famoso, See Forever, se extiende por casi cinco kilómetros y regala vistas que alcanzan incluso las montañas de Utah.
También en Colorado se encuentra Beaver Creek, una estación que combina 149 kilómetros de pistas perfectamente mantenidas con un entorno de lujo protagonizado por tiendas exclusivas, restaurantes gourmet y galerías de arte. Es uno de los destinos predilectos de celebridades internacionales.
Otro clásico norteamericano es Sun Valley (Idaho), el primer complejo de esquí construido en Estados Unidos. Desde hace décadas recibe a millonarios y figuras del espectáculo que llegan para disfrutar de la mítica Bald Mountain, de 2.789 metros de altitud y un impresionante desnivel continuo de más de 1.000 metros.
En Europa, una de las grandes estrellas es Val d’Isère (Francia), enclavada en los Alpes cerca de la frontera italiana, dentro del Parque Nacional de la Vanoise. Destaca por su potente infraestructura de telesillas, cañones de nieve artificial y pistas para esquí extremo que atraen a profesionales de todo el mundo.
En Suiza, el concepto de lujo alpino alcanza su máxima expresión. Gstaad es elegida por miembros de la realeza europea y celebridades que se alojan en exclusivos chalets y hoteles boutique. Ofrece 220 kilómetros de pistas distribuidas entre los 1.000 y 3.000 metros de altura, con numerosas opciones para principiantes e intermedios.
La más famosa del planeta es, sin discusión, St. Moritz (Suiza). Sus calles están repletas de tiendas de marcas de alta costura, hoteles legendarios y eventos de élite. A nivel deportivo, cuenta con más de 350 kilómetros de pistas esquiables y hasta un helipuerto pensado para el arribo directo de los visitantes más adinerados.
Estados Unidos vuelve a destacarse con Aspen (Colorado), sinónimo global de invierno glamour. Allí confluyen personalidades de todo el mundo atraídas por sus lujosas tiendas, galerías y restaurantes. El centro se divide en cuatro áreas esquiables que suman 495 kilómetros de pistas, lo que lo convierte también en uno de los más grandes.
En la frontera franco-suiza, Chamonix (Francia) se alza a los pies del Mont Blanc y es conocida como el “Techo de Europa” por sus impactantes paisajes de alta montaña. Es un paraíso para esquiadores experimentados gracias a sus exigentes pistas negras y fuera de pista, con desniveles de hasta 2.000 metros.

También en Suiza se encuentra Zermatt, un antiguo pueblo agrícola transformado en un centro de esquí premium bajo la silueta inconfundible del Matterhorn. Es famoso por su excepcional oferta gastronómica, con tantos restaurantes gourmet que existen paquetes turísticos que combinan directamente esquí y alta cocina. Ofrece 200 kilómetros de pistas con nieve de calidad superior.
Completa la lista Klosters (Suiza), una estación alpina que mezcla el encanto rural con hoteles de lujo discreto. Cuenta con 320 kilómetros de pistas, excelentes zonas de fuera de pista y un ambiente más tranquilo, ideal para quienes buscan privacidad sin resignar servicios de primer nivel.
Nieve impecable, paisajes de postal, gastronomía refinada y una cuota de glamour definen a estas 11 estaciones que convierten al esquí en algo más que un deporte: una experiencia de lujo total reservada para quienes pueden darse el gusto de vivir el invierno en su versión más exclusiva.

