En el desierto de Karakum, cerca de la capital de Turkmenistán, está ubicada las puertas del infierno, un lugar con ese nombre por las historias que cuenta sobre este hoyo y el inframundo.
La historia de este lugar comenzó a finales de los sesenta, cuando ingenieros soviéticos se encontraban en la búsqueda de hipotéticos yacimientos de gas y petróleo.
Por ende, empezaron a perforar los suelos para evaluar si había este crudo, pero sorpresivamente, se toparon con una burbuja de gas natural que compartía un espacio con el yacimiento de petróleo.
Dicho gas empezó a brotar y el suelo colapsó hasta abrir un inmenso pozo que, se tragó todo el campamento geológico que se encontraba. Los ingenieros, al buscar una solución rápida a dicho problema, decidieron prenderlo en fuego y así extinguir el yacimiento de gas, pero el resultado fue otro, el cráter empezó a arder y ese fuego, jamás se fue.
