Fiona Lauriol es la nieta de Dominique y en agosto de 2017 le comunicaron que a su abuela le quedaba una semana de vida. La noticia no fue lo que esperaba. Aunque nunca habían sido muy cercanas, Fiona decidió hacer algo inusual. Recorrió 500 kilómetros para sacar a su abuela del geriátrico y llevarla a su casa con una propuesta que la mujer de 101 años no pudo resistir: recorrer Europa en motorhome.
La nieta de Dominique le propuso un viaje por el sur de Europa en motorhome. La abuela no sabía exactamente qué era ese vehículo, pero aceptó la idea para desafiar a su hija, quien se oponía a la idea. La aventura superó el pronóstico médico y duró más de dos años.
Fiona y Dominique recorrieron juntas un total de 15.000 kilómetros. Viajaron por Francia, España y Portugal, pasando por ciudades, campos, montañas y playas. Cruzaron varias fronteras, pero lo más importante fue que derribaron las barreras que las separaban y cambiaron su destino inicialmente aterrador.
El carácter de Dominique se hizo evidente cuando Fiona la visitó en el geriátrico después de mucho tiempo sin verse. Dominique la recibió con un comentario poco amable, pero Fiona le propuso darle la vuelta al mundo, pensando que sería solo una semana de viaje.
Sin embargo, la historia dio un giro inesperado, y la unión en la familia no tardó en llegar. Para convencer a sus padres, Fiona propuso una prueba, que lamentablemente no salió como esperaba debido a un accidente de su abuela. A pesar de esto, Dominique fue quien preguntó cuándo podrían comenzar su viaje.
Juntas emprendieron un segundo viaje que duró un año y medio, recorriendo Europa casi sin parar hasta que Dominique falleció en junio de 2020. Fiona quedó profundamente conmovida por la transformación de su abuela durante el viaje. Dominique parecía rejuvenecer, volvió a caminar y se volvió más afectuosa y tierna.
Fiona también reflexionó sobre la experiencia de viajar con su abuela por Europa y cómo cambió su percepción de la vejez. A los jóvenes les suele dar miedo envejecer, pero esta experiencia le mostró que no hay edad para disfrutar de la vida y que podemos descubrir cosas nuevas hasta el último momento.
En la actualidad, Fiona continúa recorriendo Europa con sus padres, compartiendo su historia y concienciando sobre la importancia de evitar el aislamiento y la sobreprotección hacia los ancianos. Su mensaje es claro: hay que permitirles vivir de manera más libre.