¿Sabías que Argentina tiene su propio «Camino de Santiago»? Bueno, quizás no sea tanto así… pero tengo un punto por el cual pensar que existe un gran recorrido en el país sudamericano que podría representar el mismo tipo de aventura místico-espiritual que la experiencia que viajeros de todo el mundo buscan a partir de hacer el conjunto de rutas de peregrinación que llevan a Santiago de Compostela.
Para poner en contexto quizás sea oportuno empezar por identificar y describir qué es el Camino de Santiago, término con el que se hace alusión a todas las rutas jacobeas existentes y/o se menciona a las diversas rutas de peregrinación cristiana. Popularmente, y desde hace cientos de años, «Camino de Santiago» (hoy denominado «Camino de Santiago francés») es el nombre que recibe un itinerario de senderismo que parte de los Pirineos occidentales y recorre España hasta llegar a Santiago de Compostela, la capital de la región de Galicia en el noroeste de España.
A juzgar por Wikipedia, una cita del papa emérito Benedicto XVI describiría al Camino de Santiago de la siguiente manera: «Camino sembrado de numerosas manifestaciones de fervor, de arrepentimiento, de hospitalidad, de arte y de cultura, que nos habla de manera elocuente de las raíces espirituales del Viejo Continente».
En España existen tres formas de hacer el recorrido inspirado en el Camino de Santiago muy populares. Por un lado el Camino Francés: es el más frecuentado y tiene poco más de 900 kilómetros. Luego, está también el Camino del Norte, cuyo trazado discurre junto a la costa y tiene aproximadamente 800 kilómetros. Y el Camino Primitivo que recorre tramos del Camino de Santiago original y tiene alrededor de 300 kilómetros.
De una u otra forma, el Camino de Santiago ha conducido a los peregrinos hasta el santuario de Santiago el Mayor, considerado uno de los principales apóstoles de Jesús y el primero de ellos en morir martirizado. Su tumba, descubierta una noche del 813 en el monte sagrado del Libredón, bajo una lluvia de estrellas, sería la piedra fundacional de una prodigiosa Catedral (la Catedral de Santiago) y de una ciudad que, desde entonces, atraería infinidad de huellas de caminantes de todo el mundo hasta convertirse en un destino con el rastro y el eco de toda Europa.
«Cada vez que un peregrino se echa a andar por las viejas sendas continentales del Camino de Santiago, se pone en marcha un antiguo mecanismo de búsqueda común a toda la Cristiandad: el viaje hacia la Salvación«.
Web Oficial de Turismo de Santiago de Compostela
Desde el sitio web oficial de Turismo de Santiago de Compostela, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1985, detallan: «Con él (Camino de Santiago), vuelve a iniciarse la experiencia profundamente humana del propio descubrimiento. Así como las rutas que conducen a Santiago son muchas, múltiples son también las vías para el hallazgo más íntimo, ese que aseguran experimentar todos los peregrinos a medida que avanzan por los caminos de los encuentros fortuitos o de la soledad, de las voces y del silencio, del paisaje umbrío o la seca llanura, en pos de una única meta: Santiago de Compostela».
Dicho todo esto, y casi sin tener en cuenta a la travesía desde el enfoque relativo a la religión de Cristo, el Camino de Santiago se ha consolidado con el paso del tiempo como una experiencia única para quienes buscan algo así como una «terapia de choque» fuera de casa para superar -y superarse- eventos desafortunados, traumáticos o nostálgicos. Así como vimos con Liz en «Comer, rezar, amar» existen varios destinos y propuestas turísticas que han emergido para «cuando uno no sabe muy bien qué hacer»: el Camino de Santiago es uno de ellos, casi al mismo nivel que irse a la India o proponerse escalar el Everest.
Argentina también tiene su «Camino de Santiago»
Afortunadamente, si de «desconectar» para volver a «conectar» se trata, para los viajeros en América Latina no es necesario cruzar el charco en busca de esta nueva dimensión espiritual. Alcanzaría con dirigirse hacia el sur del continente para abrirse paso en kilómetros y kilómetros de senderismo y trekking por uno de los circuitos a priori más fascinantes y un tanto desconocidos del mundo. ¿La palabra mágica? «Huella Andina».
Con un nombre que hace alusión a los caminos que dan cuenta de las primeras rastrilladas, picadas y huellas de esta zona de la Patagonia, «Huella Andina» es el primer sendero de ‘largo recorrido’ de Argentina: ubicado perfectamente en la Patagonia Norte cordillerana, ofrece una travesía de 570 kilómetros deslumbrantes que unen el lago Aluminé, en el norte, con el Lago Baguilt, en el extremo sur.
Este camino que, al igual que el gallego, también combina atractivos naturales con algunas experiencias culturales, recorre las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut, y permite visitar cinco Parques Nacionales: Lanín, Nahuel Huapi, Los Arrayanes, Lago Puelo y Los Alerces.
Para optimizar la experiesenncia de quienes lo realizan, el circuito ha sido segmentado en 42 etapas:
¿Cuándo es la mejor época para hacer el sendero «Huella Andina»?
Como el sendero atraviesa zona de Cordillera, comúnmente durante el invierno esta zona se encuentra cubierta de nevadas. Por este motivo, la estacionalidad recomendada para la mayoría de las etapas son durante la primavera y el verano, en especial los meses que van desde noviembre a marzo.
También hay algunas etapas que admiten visitantes durante todo el año pero son las menos, por lo que para hacer un trayecto largo dentro de este sendero, lo más recomendable es atender a fechas en donde ya no se registren nevadas en la zona.
Información importante a tener en cuenta
Si bien Huella Andina presenta cada una de sus etapas bien definidas y seccionadas, se trata de un circuito que por algunos tramos aún está poco explorado por el turismo masivo y, en consecuencia, existen partes que carecen de una infraestructura funcional para recibir viajeros y visitantes. En caso de estar interesado en realizar este sendero, es importante buscar asesoramiento e información útil en Internet y/o de la mano de las diferentes secretarías de turismo locales.
Recomendaciones
- Siempre chequear el estado de la etapa en las oficinas de informes de las secretarías de turismo municipales y de Parques Nacionales.
- Consultar las modalidades de registro.
- Elegir las etapas de acuerdo al propio nivel de experiencia y condición física.
- Antes de salir, informarse sobre el estado de los senderos, condiciones del clima, seguridad, horarios de ingreso para las etapas, entre otros datos.
- Comenzar a caminar temprano por la mañana: las etapas son largas, y así será posible tener la seguridad de disfrutar de la caminata y llegar con luz de día a destino.
- Los tiempos de las etapas son estimativos y solo incluyen el tiempo neto de caminata. Hay que añadirle los tiempos de paradas (descansos, toma de fotografías, comida, etc.) para calcular el tiempo total que puede demorar.
- Consultar sobre la localización de las áreas de acampe y los fogones habilitados.
- Solo hacer fuego en los lugares permitidos. Consultar previamente cuáles son los sitios permitidos.
- En caso de hacer fuego, asegurarse de haberlo apagado correctamente antes de irse.
- No fumar ni hacer fuego sobre la senda.
- Antes de salir, recordar cargar agua y llevar siempre consigo 2 litros por persona como mínimo.
- Recordar que no existe señal de celular en la mayor parte de los recorridos, por lo que se recomienda no confiar en este medio como garantía de seguridad.
- No ingresar con mascotas a la senda.
- Regresar con los residuos generados durante la travesía para mantener el entorno tal cual como fue encontrado al llegar y no dejar rastros de su visita.
- Caminar acompañado, nunca andar en solitario.