Cachi, el pueblo en medio de los Valles Calchaquíes salteños, es ese sitio de cuento que todos alguna vez imaginamos. Un pueblo donde la cultura salteña puede verse en su gastronomía, en la fisonomía de las calles y en su gente que, con una sonrisa, invitan a los viajeros a decir “bueno podríamos descansar aquí una noche, al menos”. En este post te contaremos por qué todos deberían visitar Cachi al menos una vez en la vida y qué genera este especie de enamoramiento hacia un pueblo en el norte de Argentina.
Cachi, un pueblo de cuento
Pequeñas casas de adobe en medio de los valles a casi 2 mil metros sobre el nivel del mar, contaminación visual prácticamente nula donde la escasez de cables y carteles no invade el disfrute, aromas a “comida casera” que recorren las calles y una necesidad de caminar sin rumbo a pesar de las altas temperaturas. En pocas palabras, eso resume a Cachi, un pequeño pueblo de menos de 3 mil habitantes, situado a los pies del Nevado más alto de toda la provincia de Salta, en el norte de Argentina.
Un paisaje atravesado por parte de la mítica Ruta 40, una de las más famosas de Argentina y del mundo que recorre el oeste del país de “punta a punta” y que permite ver los paisajes más increíbles y variados en todos los aspectos.
El recorrido es el destino
Como en muchas ocasiones sucede, los turistas solo buscan llegar al destino y disfrutar del lugar en sí. En este caso, la ruta que conduce a Cachi es una de las más aclamada por los viajeros que transitan por Argentina, gracias al Valle de Lerma y los Valles Calchaquíes, cada uno con características de flora y fauna que valen la pena abrir bien los ojos para descubrirlos.
La Cuesta del Obispo (Ruta Provincial 33) es ese lugar donde uno quisiera volver una y mil veces, donde las curvas y los precipicios no hacen más que darle algo más de adrenalina a los paisajes coloridos de la provincia. Los cóndores, las yungas, los cardones y las pinturas rupestres, se sitúan específicamente en el Valle Encantado, muy próximo a la llegada a Cachi.
Gastronomía “de la abuela”
En pocos lugares del mundo se puede disfrutar de platos típicos que nos hacen viajar en el tiempo y volar con la imaginación. En Cachi, al ser un pueblo pequeño, cada una de las partes que hacen a la cultura de un lugar, pueden disfrutarse y la gastronomía no es ajeno a esto.
A pesar de ser un poblado de menos de 3 mil habitantes, el centro de Cachi, conformado por su plaza principal, 9 de Julio, se encuentra rodeado por restaurantes y bares que ofrecen platos típicos locales como empanadas, guisados, humitas y tamales, típicos de un tour gastronómico por la provincia.
Claro que para los paladares más exigentes, el pueblo cuenta con diversos restaurantes de cocina de autor, generalmente ubicados en hoteles boutique en las alturas de Cachi donde, degustando de un buen vino argentino, se pueden observar vistas panorámicas de la región.
Turismo aventura para los más inquietos
Además de la importancia histórica, arqueológica, natural (y gastronómica), la provincia de Salta es uno de los sitios elegidos por los viajeros más aventureros.
En este caso, el Nevado de Cachi, con una altura de casi 6 mil metros sobre el nivel del mar, es un punto clave para la práctica del montañismo y escalada, atrayendo a viajeros de todas partes del mundo a disfrutar de las vistas en altura.
Claro que no es un tipo de montañismo para cualquiera, sino que requiere de una exigencia física importante, al igual que condiciones que solo se encuentran en quienes ya practican este deporte con mayor frecuencia, aunque los senderos más pequeños también se adaptan a los distintos conocimientos sobre el tema.
Miradores de valles y encantos
Como te contábamos antes, la ruta para llegar a Cachi, ya sea la nacional 40 o la ruta provincial 33, son rutas escénicas, dando honor al nombre a partir de los paisajes que pueden observarse en toda su inmensidad.
A lo largo de todo el recorrido hasta destino, los viajeros pueden descender en distintos miradores y puntos panorámicos, para deleitarse con las vistas únicas de la provincia:
- Piedra del Molino: una pequeña capilla en honor a San Rafael ubicada a casi 3500 metros sobre el nivel del mar con vistas panorámicas a los valles.
- Mirador Ojo del Cóndor: un paisaje repleto de cardones, ideal para una gran foto panorámica distinta a cualquier otra.
- Recta del Tin Tin: a pesar de no ser un mirador en altura, es una de las postales más representativas del norte de Argentina y un camino que vale la pena recorrer, un antiguo camino de 19 kilómetros y cientos de cardones alrededor hacen que sea un paisaje único dentro de la región.
Cachi, un pequeño lugar que enamora a cada uno de los viajeros que visitan la región, un pueblo de cuento con un encanto que pocas veces pueden ser vistos en el mundo que vale la pena recorrer, al menos una vez en la vida.