La orca más solitaria del mundo lamentablemente ha muerto en cautiverio.
La organización nacional de derecho animal Animal Justice anunció la noticia de la muerte de Kiska el viernes (10 de marzo).
La organización ahora renueva su llamado para que Mainland sea investigado y procesado luego de la muerte de la amada orca, quien enfrentó décadas de confinamiento en el acuario de las Cataratas del Niágara.
El animal de 46 años fue retenido en un tanque completamente solo y sufrió una vida de soledad desde que fue separada de su familia cuando era un bebé cerca de Islandia en 1979 antes de ser vendida a la industria de los acuarios.
Desde 2011, ha vivido su vida aislada en un tanque de concreto y, como dice Whale Sanctuary Project, «cuando no nada en círculos lentos, a menudo flota en el lugar, mirando el vacío que está dentro de su tanque».
Aunque ya no actuaba antes de su muerte, permaneció en exhibición y fue la última orca cautiva en todo Canadá.
Kiska dio a luz a cinco bebés, pero todas sus crías murieron a una edad temprana.
En 2021, las imágenes de ella golpeándose la cabeza contra las paredes del tanque se volvieron virales y los activistas contra el cautiverio y los derechos de los animales comenzaron con el hashtag ‘#FreeKiska’.
Más recientemente, el sufrimiento de Kiska llegó a los titulares de todo el mundo cuando aparecieron videos que mostraban al desafortunado animal flotando apáticamente en un solitario tanque abandonado.
Las imágenes de drones de enero mostraron la vista «desgarradora» de Kiska.
El video del dron de 30 segundos fue compartido por Phil Demers, ex entrenador en jefe del estadio de Marineland en Canadá.
«Vaya, eso es horrible. Ojalá la gente dejara de pagar dinero para ir a estos lugares», comentó un usuario de YouTube en ese momento.
«Lo que posiblemente sea más desgarrador es que casi no hay posibilidad de supervivencia si liberaran a Kiska en la naturaleza», escribió otro. «Casi todas las orcas que alguna vez estuvieron en cautiverio y luego fueron liberadas murieron muy poco después».
Continuaron: «Si Kiska nació en cautiverio, entonces no hay posibilidad de supervivencia, ya que ninguna orca nacida en cautiverio liberada en la naturaleza sobrevivió».
Animal Justice luchó por Kiska durante más de una década y presentó denuncias legales exigiendo una investigación sobre Marineland por la forma en que retuvo a Kiska.
Animal Justice también ayudó a aprobar una prohibición provincial sobre la tenencia de orcas en Ontario en 2015, y una prohibición nacional sobre la tenencia de ballenas y delfines en cautiverio en 2019.
«Es desgarrador saber que Kiska nunca tendrá la oportunidad de ser reubicada en un santuario de ballenas y experimentar la libertad que tanto merecía», dijo la abogada Camille Labchuk, directora ejecutiva de Animal Justice.
«Si bien ninguna otra orca tendrá que volver a sufrir la crueldad del cautiverio en Canadá, exigimos justicia por lo que Kiska soportó a manos de Marineland».
«Hacemos un llamado a las autoridades provinciales para que hagan públicos los resultados de una autopsia y procesen a Marineland por la angustia ilegal que Kiska claramente experimentó durante sus últimos años».
