Después de casi seis meses de suspensión de eventos masivos debido a la pandemia de COVID-19, el papa Francisco celebró durante la jornada de este miércoles 2 de septiembre la homilía en el patio de San Dámaso.
Así, tras varios meses de aislamiento en los que ha celebrado esta cita pública en la sala de la biblioteca apostólica, acompañado solamente de los sacerdotes que traducen la catequesis, el papa ha recibido alrededor de 500 fieles, quienes acudieron a la audiencia cumpliendo con estrictas medidas de seguridad entre las que se incluyen toma de temperaturas, hidrogel, mascarillas y distancia.
De esta manera, el Vaticano ha dado inicio nuevamente a los encuentros y espacios de contacto entre el Santo Padre y los fieles. Sin embargo, en vez de celebrarse la catequesis en la plaza de San Pedro como suele ser habitual, la cita ha tenido lugar en el patio de San Dámaso, donde acceden los jefes de Estado y de Gobierno de visita oficial con el pontífice.
Por su parte, cada uno de los peregrinos tenía asignado un asiento, dispuesto en un gran recinto aislado, que se encontraban a casi dos metros de distancia entre sí, de manera que las medidas de seguridad para evitar los contagios se han respetado de manera exhaustiva.
En cuanto al mensaje emitido por el sumo pontífice en la primera audiencia general en la que se ha reunido con fieles, el papa Francisco ha puesto especial énfasis en la reivindicación de la solidaridad entre todos para salir de la pandemia: «Solo siendo solidarios podremos salir adelante, pues de lo contrario surgen desigualdad, egoísmos, injusticia y marginación«.
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