Los turistas que paseen en traje de baño o sin camisa en Albufeira, Portugal, deberán pagar multas de hasta 1.500 euros (1.575 dólares), según una nueva normativa impulsada por el gobierno local para preservar la imagen de la ciudad.
La decisión, anunciada oficialmente por el alcalde José Carlos Rolo, se ha estado trabajando desde diciembre de 2024, pero cobró mayor relevancia tras un escándalo en el que ocho británicos fueron grabados bailando desnudos en un barco. El video se viralizó y la policía portuguesa logró identificarlos, lo que desató un debate sobre el comportamiento de los visitantes en la ciudad.
Además de la vestimenta inapropiada, la normativa prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública, orinar, escupir, practicar deportes en lugares no autorizados y la desnudez o actos sexuales en espacios públicos. El objetivo, según el comunicado del gobierno local, es reforzar la imagen de Albufeira como un “destino multicultural, familiar y seguro, que valora su patrimonio e identidad”.
Sin embargo, la medida ha generado preocupación en la industria turística, ya que Albufeira es un destino muy popular entre los turistas británicos. Restaurantes y bares temen que las restricciones puedan afectar el flujo de visitantes y sus ingresos.
Este tipo de regulaciones no son nuevas en Europa. Ciudades como Barcelona, Málaga, Dubrovnik, Niza y Sorrento han implementado leyes similares en un intento de controlar el comportamiento de los turistas y preservar el entorno local. La propuesta en Albufeira aún sigue en discusión, pero el mensaje es claro: el turismo descontrolado ya no tiene cabida en la ciudad.
