Ya lo sabemos, descansar en una butaca de avión de clase turista no es nada fácil, sobre todo si hablamos de un vuelo más o menos largo. Y es que con el objetivo de reducir costos, las aerolíneas han priorizado la reducción del espacio en detrimento de la comodidad de los pasajeros. Como contracara, los asientos de Business -y por supuesto de Primera- son cada vez más confortables y amplios, ofreciendo mayor privacidad. Todo esto lleva a que incluso nos cueste recuperarnos luego de un vuelo largo.
Sin embargo, algo de eso podría cambiar en breve si triunfa entre los fabricantes y compañías el nuevo asiento de clase económica presentado la semana pasada en Londres por New Territory, una empresa de diseño británica.
El prototipo, bautizado como Interspace Comfort System, no aumenta el espacio de la butaca pero, en cambio, añade elementos que lo hacen mucho más cómodo.
Un diseño original
El motivo no es otro que la incorporación de dos aletas plegables a ambos lados del respaldo, un mecanismo que permite al viajero, por una parte, aumentar su privacidad -les separa del vecino de fila- y, por otra, apoyar la cabeza sobre una superficie acolchada en la que descansar, proporcionando una comodidad mucho mayor.
El usuario puede optar por desplegar de forma manual una o ambas alas, según sus necesidades.
Para contrarrestar el peso de las aletas, New Territory ha prescindido del apoyacabezas tradicional, un elemento en cierto desuso, y ha optado por una estructura muy fina de fibra de carbono, a la que ha añadido cuero y espuma.
Quines han asistido a la Aircraft Cabin Innovation Summit londinense y han probado el Interspace, aseguran que, pese a la simplicidad del concepto, es realmente eficaz.
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— Alexander Preston (@inflight_editor) December 6, 2019
Fácil implementación
El modelo ya ha sido certificado y la compañía, dirigida por Luke Miles, ha anunciado que diversas aerolíneas han mostrado su interés, aunque por el momento no se ha formalizado ningún acuerdo. Y es que el proceso de adaptación del Interspace en las butacas de los aviones actuales no acarrearía ningún problema, por lo que sería rápido.
Además, los diseñadores están considerando la posibilidad de incorporar tecnología de reconocimiento facial a las alas, de forma que, por ejemplo, al detectar que el pasajero quedara dormido, podría apagarse la película que estuviera viendo, y volver a encenderse en el mismo punto al despertar.
Este modelo se suma a otras iniciativas que persiguen ofrecer una experiencia más placentera de vuelo a los pasajeros de clase Economy. Es el caso del S1, un diseño de tres asientos escalonados en fila, que permiten mayor comodidad a los viajeros que ocupan la butaca del medio, o de Move, un proyecto de Airbus que contempla la adaptación del asiento a las características del pasajero.
Sea cual fuere la opción elegida, seguramente sea mejor que el proyecto del Skyrider 3.0, que prevé viajar prácticamente de pie.
Fuente: La Vanguardia