La historia que tiene como protagonista a un resort de lujo en el sur de la India me parece de lo más espectacular que escuché desde que el COVID-19 ha impactado en el planeta: los propietarios, ante la suspensión imprevista y drástica de la actividad turística en la zona y la consecuente ausencia de huéspedes en las instalaciones del complejo, han decidido transformar la piscina en un criadero de peces.
No existe duda alguna de que la pandemia de coronavirus ha provocado grandes alteraciones en los planes y rutinas de un alto porcentaje de los habitantes del mundo, entre ellos las empresas y actividades de diferentes rubros han debido modificar sus producciones y esquemas de trabajo en pos de adaptarse a una «nueva normalidad».
Así es como, según han informado desde el medio The Independent, actuaron los trabajadores del Aveda Resort and Spa, un resort de lujo ubicado en Kumarakom, en el estado de Kerala, República de la India. La piscina, de 150 metros de largo y que es capaz de contener unos 7.500.000 litros de agua fue sembrada con 16.000 peces de mancha perla.
Al respecto de esta iniciativa, el gerente general del resort Aveda, Jyotish Surendran detalla: «No hemos tenido ingresos, por lo que en junio pusimos en la piscina alrededor de 16.000 peces de mancha perla de dos meses«. El motivo de esta decisión tiene un trasfondo económico, ya que se trata de un ingrediente popular en los platos del sur de la India y Oriente Medio. No obstante, el pez tarda unos ocho meses en alcanzar el tamaño completo debido.
El gerente también indicó que la dirección del resort planea cosechar en noviembre y exportar los pescados a Medio Oriente, vaticinando que alrededor de cuatro toneladas de manchas de perlas desarrollados en la piscina podrían valer unos 40.000 dólares (146.900 dirhams) en el mercado.
Ante esto último, Surendran sostuvo que la decisión se tomó considerando la posibilidad de que las ganancias al menos cubrieran las facturas básicas para que el resort de lujo en el sur de la India pudiera seguir funcionando hasta que se reanude la actividad turística y regresen los viajeros. Desde luego, con el retorno de los viajeros, la piscina volverá a funcionar con fines recreativos por lo que los peces podrían ser trasladado a otros terrenos alternativos.
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