Sara Vallejo, una jóven argentina nacida en Tucumán, decidió que ya era el momento de hacer el viaje de sus sueños: ir a recorrer Sudamérica en un motorhome. Con casi 80 años vendió todas sus cosas y le avisó a su familia que se va a ir de viaje por tiempo indeterminado.
Planeando todo
Sara reunió a sus tres hijos para informarles que tenía decidido hacer el viaje de su vida. Para eso tenía que vender todo -les avisó que se quedarían sin herencia- y comprarse un motorhome. Buscando y buscando, lo que más le convenía era comprarlo en Estados Unidos y traerlo para Argentina. El único problema es que por cuestiones de papelerío ingresarlo a este país es muy difícil… pero como siempre hay solución para todo, decidió que se lo envíen a Montevideo (Uruguay), desde donde comenzará su viaje.
Esperando que llegue el momento
Todavía no empezó su súper aventura, ya que está esperando a que el motorhome llegue a Uruguay, pero como me comentó, ella planea que sea algún día de julio. ¡No falta nada!
Sin fecha de regreso
Desde un primer momento Sara dejó en claro que su viaje será sin horarios, sin rutas, sin metas fijadas. Lo único que va a hacer es disfrutar y dejarse llevar por lo que le diga el momento.
¿Piensas volver para las fiestas y después seguir?
«Seguramente para las fiestas no voy a volver. Posiblemente mi hija venga a pasar Navidad conmigo a donde yo esté porque quiere planificar un viaje al norte de Brasil, pero nada es seguro».
Viajera empedernida
¿Siempre te gustó viajar o es algo que se te despertó ahora?
«Siempre viajé, viajé muchísimo, con mi marido, con mis hijos chicos, sola, con amigas… siempre! Me gusta mucho. Viaje de todas maneras, pero nunca hice un viaje de este tipo, en motorhome es la primera vez». Dejó bien en claro que es una viajera con todas las letras, «nunca viaje con excursiones, ni con tours, ni con agencias, siempre organicé los viajes a mi manera. Nunca fui una turista, siempre una viajera».
«Cada rincón tiene lo suyo»
A la hora de preguntarle sobre su lugar favorito en el mundo me dijo «No hay lugar que no me haya gustado, ni uno en particular que prefiera… desde Inglaterra, Hungría, Grecia, España, Portugal, México, Estados Unidos, todo me gusta!». Pero si yo nunca hubiera viajado, que lugar me recomendarías: «Depende de cuanto tengas y en donde vivas, pero acá cerca de Argentina, me encanta Bolivia, Chile, Uruguay, Brasil. Todos los lugares tienen algo particular y distinto».
Animarse a viajar es una cuestión de actitud, de decisión y de audacia
«Cuando tengo etapas en donde todo es monótono y no es divertido, me voy por ejemplo a Salta o Amaicha o San Javier, los cuales son hermosísimos lugares que no están a más de una hora de donde vivo, pero hay que explorarlos… simplemente preparo las cosas y salgo. No me pierdo ninguna oportunidad».
¿Cómo puede ser?
«Sabes a mi qué me sorprende, que la gente se sorprenda con mi historia porque hasta hace poco yo pensaba que era una cosa que cualquiera podía hacer y que todo el mundo en general lo hacía. Pero me di cuenta que la realidad no es esa, mucha gente tiene miedo«.
Sara en el último tiempo que se dio a conocer su historia recibió muchos mensajes preguntándole cómo hacía para poder dejar a los afectos, para lo que tiene una respuesta muy sencilla: «Simplemente se los deja, yo les digo chau a todos y me voy. No quiere decir que no los voy a extrañar, pero bueno es parte de viajar y de la vida».
El gen viajero está en toda la familia
«Mi padre a los 81 años se tomo un avión y se fue a recorrer Brasil por un mes. Sin celular, sin comunicación alguna. Y mis tres hijos han viajado desde muy chicos, por ejemplo Alejandra, la más chica, a los 17 se fue a Europa un año, y durante todo ese tiempo no la vi. El verano pasado mi nieta, de 19 años, se fue desde Tucumán hasta Ecuador».