Un supermercado holandés introduce «cajas lentas» para quienes quieran hablar y sentirse menos solos

No estoy llorando. ¿O sí? Quizás solo me aflojen los gestos del rostro de solo pensar que la vorágine a la que nos sometemos a diario es por demás cruel con nuestras emociones y sentimientos, solo que aún no estamos preparados para reconocerlo. Y peor, tampoco estamos preparados para pedir acabar con ello. Por eso acciones como estas toman tanta repercusión y son tan bien recibidas en el mundo entero: un supermercado holandés dispone de «cajas lentas» con el fin de que sus clientes puedan socializar y la iniciativa resulta conmovedora.

En los últimos años hemos podido ver como algunos supermercados han instaurado las llamadas ‘cajas rápidas’ o servicios de autopago para agilizar los procesos de compra. El nivel de tolerancia en los compradores es cada vez menor, por no decir que es cero y cada quien solo está pensando en refunfuñar por el tiempo que demora quien está adelante suyo. No obstante, la cadena de holandesa Jumbo ha querido marcar una diferencia en su servicio y ha optado por la opción contraria: las cajas lentas. 

Combatir la soledad, sentirse escuchados, tener un momento de socialización son algunos de los objetivos que se ponen en juego a la hora de comprar en este lugar. Si bien no parece una medida reciente -o por lo menos podría ya tener su cierto tiempo de ejecución-, el usuario de Twitter Drik Janssen ha dado a conocer esta medida a través de una publicación que se ha convertido en todo un fenómeno viral: «Para las personas que disfrutan de conversar, ayudando especialmente a personas mayores a lidiar con la soledad». 

 Después de una inicial introducción exitosa en 2019, Jumbo ha anunciado la llegada de doscientas ‘Kletskassas‘ -cajas lentas- más para este año: “Si podemos jugar incluso un pequeño papel en la lucha contra la soledad, eso es genial. Esto es lo que queremos ser en Jumbo: ver realmente al cliente, tocar el corazón, ver la alegría en la cara«, asegura la directora general de la empresa, Colette Cloosterman-van Eerd.

Quienes se ven más «beneficiados» con esto son los adultos mayores: para muchos de ellos, la ida diaria o semanal al supermercado es una de las pocas instancias sociales con las que cuentan, y algunos tratan de aprovecharla al máximo. Desafortunadamente, el problema de la soledad en los ancianos es realmente incalculable. En Chile los mayores de 80 años tienen la tasa de suicidios más alta del país, una problemática que no entiende de fronteras ni idiomas. Si bien no sería determinante, quizás una simple conversación de supermercado podría ayudar a disminuirla y hacer más llevadero el día.