Un perro con ojos de águila se ha convertido en un experto en encontrar pelotas de golf perdidas en Londres, tanto que está ayudando a proporcionar a las organizaciones benéficas de golf las pelotas que necesitan para enseñar a los niños de todo el mundo.
Charles Jefferson debe haber sentido que hizo un hoyo en uno cuando un día su perro, un cavapoo llamado Marlo, emergió de los arbustos con una pelota en la primera visita del cachorro a un campo de golf local de Londres.
Jefferson, un golfista aficionado de primer nivel durante cuatro décadas que solía trabajar con el Tour Europeo, se dio cuenta de que un Titleist Pro V1 recuperado en perfecto estado se vende al por menor por alrededor de 4,90 dólares, y que su Marlo podría tener una capacidad única para encontrar pelotas perdidas.
Pasó los siguientes seis años caminando de un lado a otro con Marlo, observando y charlando, y saliendo al aire libre.
Entre Mitcham Golf Club y Wimbledon Common Golf Club, el Sr. Jefferson y Marlo llenaron los cajones de la cómoda con pelotas de golf, pero en lugar de vender alrededor de 600 a un compañero, nunca tuvo ningún interés en el «mercado de recuperación», una industria artesanal que ha surgido en torno a la recuperación de pelotas de golf.
Como agente de publicidad y marca, Jefferson aprovechó la oportunidad de convertir las habilidades de Marlo en una fuerza para el bien después de enterarse de una campaña de donación para promover la prevención de la basura de las pelotas de golf perdidas.
El DP World Tour estaba viendo si podían llenar un contenedor de envío de 6 metros de largo con pelotas de segunda mano de grado Tour, con la intención de enviarlas a la Junior Golf Foundation de Kenia, la South African Disabled Golf Association, la European Disabled Golf Association, Chicks with Sticks de EAU y Golf Foundation de India.
CNN estima que cada año se pierden 300 millones de pelotas de golf, y el DP World Tour de los Emiratos Árabes Unidos esperaba alentar a los pichers a recuperar al menos una pequeña fracción de estas para organizaciones benéficas.
Mientras la agencia de Jefferson estaba ayudando con la marca, todos los ojos del departamento se volvieron hacia él. Rápidamente vertió 600 más de los hallazgos de Marlo en el contenedor para hacer una mella admirable en su capacidad de 200,000.
