Se llama Roberto Bubas nació el 20 de agosto de 1970 en Esquel, Chubut, Patagonia Argentina. Es guardafauna del área natural protegida Península Valdés desde 1992, año en que dio comienzo al monitoreo de la población de orcas de la Patagonia y sus estrategias de caza, proyecto de investigación declarado de Interés por la Legislatura de su provincia y becado por National Geographic Society.
Durante casi dos décadas monitoreó el comportamiento de orcas en libertad, sumando más de cuatro mil horas de observación, y es considerado una de las personas en el mundo que más conoce sobre estos grandes delfines, contribuyendo con sus informes a la creación de leyes de protección de la especie en el mar argentino.
“Las orcas son, sin duda, los animales más inteligentes, carismáticos y poderosos del océano”, asegura Roberto, “poseen estructuras sociales complejas, cerebros evolucionados y una sorprendente capacidad de adaptación a las cambiantes condiciones del ambiente marino. Como el hombre, las orcas ocupan un lugar elevado en el esquema general de la vida en el planeta”.
A pesar de que el mito los considera animales peligrosos, la experiencia de Bubas pone de manifiesto un temperamento completamente distinto. “Tratando de resolver cuestiones técnicas en los comienzos de mi investigación, me acerqué a ellas en el agua”, recuerda. “Para mi sorpresa, las orcas del Chubut me ofrendaron no sólo su proximidad pacífica, sino también su amistad.
Establecimos un vínculo que transformó aquella búsqueda en otra que ha ido más allá de los límites de una investigación formal. Puedo decir que en todos estos años las orcas se convirtieron en mi familia del mar, y yo probablemente para ellas en el amigo humano de la costa. Durante más de quince años hemos compartido amaneceres, atardeceres y noches de luna jugando con algas o chapoteando en la rompiente, instantes eternos que guardo en mi memoria”.
Tal vez, la relación que las orcas y Roberto han establecido significa algo más que un ejemplo notable de la interacción entre dos especies diferentes. Tal vez, y sobre todo, es un mensaje que puede ayudarnos a recordar que no estamos solos, ni somos superiores a otros seres vivos en el mundo. Compartimos la misma casa y nunca seremos capaces de separarnos de una simple verdad: lo que sucede con las orcas o cualquier otra especie en nuestro planeta, tarde o temprano, nos sucederá a nosotros.
El Faro De Las Orcas
La película, una ficción basada en la experiencia que Roberto Bubas narra en su libro “Agustín Corazón abierto”, contará la historia de un niño que padece el Síndrome de Kanner, una de las manifestaciones más severas del autismo, que ve una imagen de Bubas interactuando con orcas y esto le produce una emoción muy grande. Su madre decide cruzar el mundo para traer al niño, creyendo que esto le puede ayudar.
Para el director la película “se basa en distintos amores: el amor de un hombre por las orcas, la lucha de una madre, y el encuentro de un niño con la naturaleza”.
Península Valdés
La península Valdés es un accidente costero sobre el mar Argentino, en la provincia del Chubut, Argentina y es parte de los nueve Patrimonios de la Humanidad declarado por la Unesco en Argentina.
La región contiene seis reservas naturales, y está considerado uno de los principales y más importantes destinos de avistamiento de ballenas en el planeta, particularmente alrededor de Puerto Pirámides y la ciudad de Puerto Madryn. Además se avistan delfines, toninas overas, pingüinos, elefantes marinos y gran variedad de aves, entre otros.
¿Cómo llegar?
La entrada a la península ya es un deleite para los sentidos. Luego de tomar la Ruta Provincial 2, desde la Ruta 3 o desde Puerto Madryn, se llega al istmo «Carlos Ameghino» que conecta a la península con el continente, y donde el agua flanquea los dos costados del camino.
Tanto a la derecha como a la izquierda se puede ver la inmensidad azul del mar patagónico. De un lado, el Golfo Nuevo, y sobre el otro el Golfo San José. Justo en ese punto, puerta de acceso a la Reserva Integral de la Península Valdés, hay que parar para abonar una entrada. Allí se encuentra el Centro de Interpretación F. Ameghino y el Museo Regional Fuerte San José, ideal para informarse a fondo sobre los lugares a visitar y su geografía, flora, fauna e historia.
Desde aquí se puede hacer un pequeño desvío y visitar la Isla de los Pájaros o seguir adentrándose en la península.
Después de unos 25 kilómetros que se hacen sobre una típica estepa, se abre de repente un abanico celeste entre acantilados dorados. Esta magnífica vista corresponde a Puerto Pirámides, el único asentamiento poblacional de la reserva y uno de los lugares más privilegiados para observar a las famosas ballenas francas del sur. Estos gigantescos mamíferos llegan al sur en junio y hasta diciembre habitan las aguas del golfo para procrear y dar a luz a sus crías.
Si deseas ir a algunos de los puntos de observación de orcas, la opción más común es alojarte en Península Valdés, desde allí hay 3 puntos principales de observación: Caleta Valdés, Punta Norte y Punta Delgada.
Existen estancias donde poder alojarse, aunque el costo de la noche allí es realmente elevado, por lo que la mayoría elige hacer base en Puerto Pirámides y llegar en auto.
Es importante saber que los caminos allí son de ripio (piedra y tierra), por lo que se demora mucho tiempo en acceder y no se puede ir a mucha velocidad ya que es peligroso (por la presencia de fauna silvestre, guanacos especialmente).
Lo más importante a ver todos los días son los horarios de marea: las orcas se acercarán a las loberías cuando esté la marea alta, y esto sucede 2 veces al día. Pasado ese horario, ya será muy dificil verlas. Igualmente debemos ser conscientes que se trata de un entorno natural, por lo que el factor suerte será siempre determinante.
Si no tenemos suerte, el día habrá valido la pena igual: playas de finas y doradas arenas, un paisaje espectacular, seguramente veas ballenas, pingüinos, lobos y elefantes marinos cerca de la costa, hasta incluso recorrer toda la playa en búsqueda de los caracoles más raros.