En 1958, Estados Unidos lanzó la bomba a la que llamaron “Cactus” en las Islas Marshall, como parte de sus ensayos nucleares. Sin embargo, hoy esa misma bomba podría provocar un desastre ecológico en el Pacífico.
Lo cierto es que el cráter se llenó de desechos nucleares y se cubrió con una cúpula que empieza ahora a deteriorarse.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, compartió sus preocupaciones en cuanto a posibles fugas de materias radiactivas y presentó a este cráter como «una especie de sarcófago».
Hoy sabemos que los desperdicios fueron cubiertos con gran cúpula circular de cemento de 115 metros de diámetro y 45 centímetros de espesor, que debió ser reforzada, sin embargo, por razones se costos esto no ocurrió.
Jack Ading, representante de la zona en el Parlamento de las Marshall, dijo: «Está llena de contaminantes radiactivos como plutonio-239, una de las sustancia más tóxicas conocidas por el hombre», denuncia.
Muchos habitantes fueron obligados a evacuar sus tierras, y miles de otros fueron afectados por la radiactividad. La población de Enewetak, también evacuada, no pudo volver hasta 1980.
Después de cuatro décadas, aparecieron grietas en la cúpula y la estructura está además amenazada por la subida del nivel del mar causada por el cambio climático. Lo cierto es que las consecuencias de las fallas estructurales de la cúpula son inciertas y se debe actuar cuanto antes.
En Londres harán un corredor de flores de 11 km para ayudar a las abejas
Todos sabemos que el calentamiento global está afectando a nuestro planeta y está condenando el futuro de las abejas. Por suerte, en Brent, Reino Unido, decidieron aportar un granito de arena para su recuperación.
Lo cierto es que en Reino Unido han recopilado datos de un gran descenso en el número de insectos polinizadores desde la década de 1980, consecuencia de la agricultura industrial, el uso de pesticidas y la presencia de parásitos.