Katie VanBlaricum, una mujer de 36 años, logró darle una nueva oportunidad de vida a una mariposa Monarca que tenía un ala dañada. Un asombroso video capturó el milagro de su cuidado, y ha vuelto a viralizarse emocionando a miles de personas. En el video, se puede apreciar cómo Katie, con dedicación y ternura, ayudó a la mariposa a recuperarse y volar una vez más, a pesar de la falta de un pedazo de su ala
Ella comienza explicando cómo sucedió: «Estaba ayudando al zoológico de Kansas a etiquetar a las mariposas cuando una señora se me acercó y dijo que había encontrado una mariposa Monarca con un ala rota«.
La fortuna sonrió al insecto, pues Katie, quien trabaja con mariposas fallecidas en su negocio «Insect Art», donde confecciona joyas y marcos utilizando estos insectos, pudo ayudar a la mariposa lesionada.
Además, contó: «Yo ya había reparado un ala en el pasado, así que la mujer me pidió que ayudara a esta. Y me la llevé a casa para tratar de darle la oportunidad de vivir».
La inspiración para su innovadora idea surgió cuando Katie visitó un campo de conservación de mariposas donde su amiga trabajaba. Allí, observó a una mariposa con un ala desigual en comparación con la otra. Movida por la curiosidad, decidió investigar más a fondo y en 2013 llevó a cabo su primer trasplante de alas de mariposa, marcando así el inicio de su asombroso trabajo en este campo.
«Sabía que se podía hacer, pero no sabía la mejor manera de hacerlo«, dice Katie. Hasta que finalmente encontró la solución.
Equipada con cinta adhesiva, pegamento y alfileres, Katie emprendió la tarea y, con habilidad, logró asegurar la mariposa temporalmente para adherirle un ala proveniente de otra mariposa fallecida. Su destreza y dedicación permitieron llevar a cabo este delicado procedimiento y darle una nueva oportunidad de vuelo a la mariposa herida.
«Tengo muchas mariposas muertas en mi casa, así que tuve varias opciones para elegir. Logré encontrar uno que tenía el mismo tamaño y forma y podía funcionar. Corté el ala rota y pegué otra que provenía de una mariposa Graphium. Luego sostuve por unos segundos».
Cada mariposa posee cuatro alas, constando de dos delanteras y dos traseras, todas ellas unidas a segmentos corporales que utilizan sus músculos robustos para mover las alas en un movimiento ascendente y descendente.
Mientras tanto, Katie sigue contando su operación: «Puse las alas bajo placas de vidrio y como estuvo tormentoso cuatro días no la quise soltar. La alimenté hasta que estuviera fuerte y cambiara el tiempo».
Cuatro días después arribó el buen tiempo. «Salimos de casa. Ella y yo. La coloqué sobre una planta y ella simplemente aleteó y comenzó a volar plácidamente rumbo a un árbol. Usó el viento para tomar fuerza y se alejó. Tenía una segunda vida por delante», mencionó Katie.