La hermosa y magnífica ciudad de Florencia está luchando contra el impacto que genera un turismo sin conciencia. Si bien la mayoría de los visitantes de la ciudad son «respetuosos y elegantes», dijo Dario Nardella (alcalde de la ciudad), ha habido un aumento de turistas que «no respetan nuestra cultura».
Seamos sinceros, ¿quién no se detuvo alguna vez en un parque o en algunos escalones para comer y tomar algo, mientras hacíamos un break? Todos, claro. Pero estoy seguro que la mayoría de nosotros lo hacemos de forma responsable.
Sin embargo hay algunos turistas que «tratan a las iglesias como si fueran restaurantes», y es por eso que Dario Nardella ha apuntado su estrategia contra aquellos que se sientan a hacer picnic en los edificios históricos y los ensucian.
Por esta razón decidieron empezar a echar agua y jabón justo a la hora del almuerzo en las escaleras de las iglesias más importantes.
No hubo aviso previo, los que estaban sentados tuvieron que salir corriendo. Para Nardella se trata de una medida gentil, un experimento menos fuerte que cobrar multas a quienes coman en lugares que no correspondan, limitar la cantidad de visitantes o cobrar tasas de turismo muy altas.
Por último dijo: «Si vas a comprar un sándwich, no lo comas durante el paseo por el centro histórico, así podés absorber bien la belleza de Florencia».
