El Ryugyong Hotel, en Corea del Norte, tenía unas expectativas muy grandes puestas sobre él, y es que sus constructores aspiraban conseguir el récord del hotel más alto del mundo. Pero finalmente el récord con el que se quedaron fue con el del hotel abandonado más alto, con lo que se ha ganado el título del “hotel fantasma” o incluso el del “peor edificio del mundo”.
La construcción del Ryugyong Hotel en la capital norcoreana de Pyongyang inició en 1987. El objetivo era superar los 300 metros de altura con un edificio de 105 plantas, 3000 habitaciones, una bolera, un club nocturno y cinco restaurantes giratorios con vistas panorámicas en la parte superior. Cuando se concibió esta impresionante obra, tenía previsto que finalizase tan solo dos años después, justo a tiempo para el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes de 1989, una versión norcoreana de los Juegos Olímpicos, pero las trabajos de construcción se retrasaron y nada de eso sucedió.
La construcción de este edificio de forma piramidal se detuvo en 1992 debido a la gran crisis que provocó en Corea del Norte la caída de la URSS. Para ese entonces se logró construir la estructura principal, pero sin las ventanas ni el acondicionamiento interior. Años después, ya en 2008, se continuó la obra, hasta que en 2011 se logró acristalar todo el exterior. Y a pesar de que técnicamente la construcción ya ha finalizado, nunca se llegó a inaugurar.
El Ryugyong Hotel se convirtió en una vergüenza para el gobierno de Corea del Norte, que trató de ocultarlo y borrarlo de los mapas oficiales a pesar de ser la silueta que domina el horizonte de la ciudad de Pyongyang. Incluso pensaron que la mejor solución era derribarlo; sin embargo, después de su finalización han sido muchos los intentos de abrirlo por fin al público, pero esto jamás se hizo, con lo que permanece totalmente vacío a día de hoy.
Pero la cosa no termina aquí, y es que el gobierno de este país parece no darse aún por vencido con esta obra. Durante 2017 y 2018 se realizaron trabajos en el hotel y se construyeron caminos de acceso al edificio, e incluso se colocó por fin un cartel que anunciaba: “Hotel Ryugyong”. No obstante, debido al hermetismo del país norcoreano resulta imposible saber si alguna vez veremos el establecimiento abierto y si alguna vez perderá su récord, bueno o malo, del hotel abandonado más alto del mundo.