La ciudad europea que se caracteriza por no tener caminos, sino solo canales, se encuentra probando un nuevo sistema de propulsión a «chorro» en sus aguas a fines de cambiar un poco el escenario actual: abarcando más de 100 islas pequeñas en una laguna del mar Adriático, Venecia registra a diario miles de lanchas y barcos que echan humo y hacen ruido mientras recorren la ciudad. Pero esta es una realidad que podría verse modificada en breve.
Según reporta la agencia de noticias EFE en el marco de una entrevista con Ernesto Benini, ingeniero y profesor de la Universidad de Padua, el idóneo ha detallado que con este nuevo método «la sensación es como si navegaras prácticamente a vela porque no se oye el ruido del motor». En efecto, de acuerdo a las intenciones de sus creadores, esta iniciativa permitiría un transporte más silencioso y limpio en la conocida como Ciudad de los Canales.
Ciudad sin igual, distinguida por tal razón como Patrimonio de la Humanidad, Venecia es una ciudad admirable pero en igual proporción también amenazada por el cambio climático, la despoblación y el turismo de masas. Lograr un transporte más silencioso y limpio en sus canales sería un gran avance para hacer una renovación en su identidad como destino turístico.

El proyecto ha sido bautizado como ‘Impronta-0’ (Huella cero) y en resumidas palabras consiste en la instalación de un motor «a chorro», un ‘hidrojet’, en aquellas embarcaciones que navegan por la laguna veneciana para brindar una alternativa a los actuales motores de hélice. Para poder llevar a cabo el mismo, se ha adquirido financiación regional y europea.
¿Cómo funciona? Según ha trascendido, se trata de una bomba o tobera en los barcos y lanchas, por debajo de su línea de flotación, que succiona el agua de la laguna, la comprime y la suelta a presión, impulsándolas hacia adelante, moviéndolas.
Bernini, uno de los profesionales a cargo de este proyecto, presume que ‘Impronta-0’ sería un modo de propulsión sostenible que podría ser alimentado con electricidad, con baterías -la opción más plausible- o con hidrógeno (celda de combustible). De esta manera, esa propulsión «a chorro» acabaría, por ejemplo, con el humo que muchos de los botes venecianos emanan, y también es silenciosa. «Para los venecianos el ruido en los canales es el principal problema de los transportes«, sentencian.
¿Cuál es el próximo paso? Hacer una «experimentación seria» equipando decenas de barcos, por lo menos unas 50 unidades, para demostrar sus ventajas. Sin embargo, para avanzar en esta fase, han advertido que hace falta más dinero. Como plan B, otra idea es probar el motor ‘Impronta-0’ en los ‘water taxi’ venecianos, lanchas para unos ocho o diez viajeros, porque el prototipo actual ya puede garantizar la potencia que requieren (alcanza una velocidad de 60 nudos, 80 kilómetros por hora).