Una misionera estadounidense está siendo demandada en la corte civil de Uganda después de que supuestamente 105 niños desnutridos murieran bajo su cuidado en un centro de tratamiento sin tener licencia médica.
Renee Bach, originaria de Virginia (Estados Unidos), fundó su organización «Servir a sus hijos» (SHC) en junio de 2009 en Jinja, Uganda, para «ayudar a aquellos que sufren de desnutrición aguda severa y moderada», según la página de Facebook de la organización.
Los documentos presentados ante el tribunal civil de Uganda afirman que Bach estaba supervisando directamente la atención médica de estos niños extremadamente enfermos, a menudo realizando procedimientos tales como transfusiones de sangre, en un centro sin licencia y sin capacitación ni experiencia médica.
Primah Kwagala, un abogado de derechos civiles de Uganda y el abogado que investiga el caso contra Bach, le dijo a CTVNews.ca en un correo electrónico que escuchó sobre Bach y su centro el año pasado cuando un colega se acercó a ella para «considerar el caso».
Kwagala dijo que nunca había escuchado sobre el centro antes de su investigación, pero sabía que «los aldeanos de su entorno pensaban que ella [Bach] era una trabajadora de la salud y [su] hogar una instalación registrada donde acudirían para recibir servicios».
Ninguno de los dos era cierto, pero la fachada de legitimidad supuestamente le permitió a Bach operar su centro como lo creía conveniente y sin la supervisión del gobierno, excepto por un breve período de tiempo en 2014, el centro SHC no tenía licencia como centro médico, según NPR.
Kwagala presentó la demanda civil en nombre de dos madres que tuvieron hijos que murieron mientras estaban bajo el cuidado de Bach, pero dice que «muchos querían presentarse». Se alega que 105 niños murieron entre 2010 y 2015 mientras estaban bajo el cuidado de Bach, pero los activistas afirman la tasa de mortalidad es mayor.
Solo debido a la falta de recursos, la demanda no fue una acción de clase, dijo Kwagala.
«Bach está acusada de administrar un centro que no estaba registrado por las autoridades en Uganda, administrar tratamientos y medicamentos especializados sin capacitación y licencia, engañar al público fuera de los centros de salud pública y, en consecuencia, violar los derechos humanos, incluido el derecho a la vida, a la salud, libertad de discriminación por motivos de raza y estatus económico social, así como abuso de la dignidad de niños y madres vulnerables«, dijo Kwagala.
Bach, que ya no vive en Uganda, emitió una declaración a través de su abogado que afirma que la demanda civil que Kwagala presentó es «completamente sin mérito».
«Mientras la Sra. Bach trabajaba junto a profesionales médicos ugandeses, aprendió habilidades para ayudar a proporcionar asistencia según sea necesario… nunca se representó a sí misma como doctora o enfermera», dice el comunicado emitido por su abogado.
La declaración de Bach también afirma que uno de los dos niños nombrados en la demanda civil nunca fue tratado en su centro, y el otro fue tratado mientras Bach no estaba en el país.
Kwagala dice que sus presentaciones, incluidos «correos electrónicos de Bach a la junta de SHC disculpándose por participar en la práctica médica», la evidencia jurada de ex empleados y voluntarios, colegas y miembros de la iglesia, son todas pruebas que contradicen las afirmaciones de Bach.
Kwagala mostró a CTVNews.ca dos cartas escritas a la junta y a los ancianos de la iglesia involucrados en SHC, que detalla las «preocupaciones sobre el trabajo médico que se realiza en nuestro centro y la participación personal de Renee» que data de 2015, el mismo año que un ex voluntario en el centro de Bach presentó un informe a la policía de Uganda, que posteriormente cerró el centro mientras investigaban.
Desde entonces, el centro SHC ha reabierto en un distrito diferente y en asociación directa con el gobierno de Uganda, pero Bach ya no está involucrada en la atención médica.
Los activistas dicen que el caso de Bach es una ventana a un problema mucho mayor: el de los trabajadores de ayuda blanca que hacen más daño que bien, a menudo en nombre del trabajo misionero, en los países en desarrollo.
La próxima audiencia de Bach en la demanda civil está programada para el 21 de enero de 2020 en Jinja.
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