«Lítla Dímun» así es como se llama esta peculiar isla danesa que se caracteriza por su particular forma cónica, casi simulando una pirámide que emerge en medio del mar.
Ubicada en el mar de Noruega, esta isla forma parte del tan conocido archipiélago de Islas Feroe. Es, precisamente, la isla más pequeña y la única que aún se conserva deshabitada en dicha zona (a excepción de las ovejas que se pueden encontrar en el lugar).
Su nombre proviene de un antiguo término celta y significa «Dos cerritos», probablemente en alusión a su composición. Aunque bien, no es solo su fisonomía lo único que distingue a Lítla Dímun. Hay algo que la convierte en curiosamente única: se trata de la presencia de una nube propia sobre el territorio.
Sí, efectivamente, aunque quizás no es que se trata de una nube «propia» como quien tiene posesión de algo, pero lo cierto es que la isla suele ser cubierta siempre por una nube en forma de lente.
Presenta sólo 800 metros cuadrados de extensión, y para llegar hasta allí, los visitantes solo pueden acceder trepando por cuerdas.
Según ha indicado el especialista Kerry Wolfe para Atlas Obscura, el fenómeno de la nube que flota sobre la isla Lítla Dímun corresponde a una nube lenticular, cuya formación se debe a «cuando el aire húmedo fluye sobre una característica geológica sobresaliente, como la cima de una montaña«.
Cuando el viento que sube por la masa de tierra golpea la corriente de aire directamente encima de él, se crea una especie de ola en el lado de la montaña a favor del viento. Como resultado del fenómeno, el aire húmedo que cae por esta ola se evapora y luego se condensa en una gran nube con forma de platillo volador sobre el pico de la montaña.
Esta aldea parece un poblado en el Mediterráneo pero no… así es como luce el ‘Santorini colombiano’
A juzgar por las imágenes, cualquiera de las fotografías que han sido registradas en este lugar podrían publicarse en Pinterest o en Instagram acompañada de alguna isla griega como locación.
Sólo basta con pensar en las típicas calles empedradas, las casas blancas y bajas, y algún que otro detalle de color presente entre marcos y flores para reconocer que se trataría de un típico pueblo de la costa del Mediterráneo.
Pero no.
Aunque sí es cierto que se ha inspirado en la cultura y estética de un poblado europeo, se trata de un espacio que lleva por nombre La Aldea, en Doradal: un sitio que ha sido construido en los años ochenta en el corregimiento de Doradal, departamento de Antioquia, en el noroeste de Colombia. Continuar leyendo…
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