Durante la jornada del lunes 29 de junio, Brasilia ha declarado el estado de calamidad pública como consecuencia de la evolución de los casos de coronavirus. Esta medida es tomada luego de haber abierto parte de la actividad económica en mayo, en un movimiento que contrasta la flexibilización que se registra en las ciudades con más decesos acumulados, como San Pablo y Río de Janeiro.
En efecto, la ciudad y capital de Brasil se encuentra lamentando la evolución de los casos de Covid-19. En una ciudad de 2,5 millones de habitantes, hay 501 muertos y 44.905 positivos. En tanto, el país de Brasil ya superó los 57 mil fallecidos en total.
El decreto impulsado por el gobernador Ibanés Rocha, del Movimiento de la Democracia Brasileña (centroderecha) consiste en poner de manifiesto con las capacidades de endeudarse y de recibir fondos del gobierno central de Jair Bolsonaro, pero también tiene razones médicas debido al avance de los contagios de las últimas semanas.
Así mismo, cabe destacar que el Ministerio de Salud y las secretarías respectivas a cada estado se han visto enfrentadas desde el inicio de la pandemia por las diferencias de gestión de la pandemia de Bolsonaro y los gobernadores. Estos últimos coinciden en que actualmente la pandemia está brotando en los interiores de los estados como Brasilia y no sólo en las urbes.
Mientras tanto Brasil supera los 57.000 fallecidos, según cifras relevadas el pasado domingo cuando se jugó la segunda jornada del campeonato carioca en Río de Janeiro, ante la reducción de fallecidos en la ciudad vibrante, el alcalde Marcelo Crivella anunció que el 10 de julio se permitiría público en los estadios, pero al 40 por ciento de su capacidad. Ante esto, los dirigentes no han tardado en calificarlo como una medida «genocida» por el riesgo que podría ocasionar en cuanto a la propagación del Covid-19.
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