Es probable que si buscas disfrutar de una exhibición de arte el último lugar en el que pienses sea en los vagones del metro. Pero Moscú (Rusia) es la excepción, ya que durante los últimos años, han estado creando trenes subterráneos inspirados en la literatura, el cine y el arte. Su última edición, «Intensive XX», se centra en el arte ruso del siglo XX, con el fin de educar al público sobre esa importante etapa de la historia cultural del país.
Desde ahora hasta junio, los pasajeros del subterráneo de la popular línea Koltsevaya (Circle Line), pueden apreciar una gran variedad de obras de arte de la Galería Estatal Tretyakov, que tiene una de las colecciones más grandes del arte ruso en el mundo.
Para «Intensive XX», la curadora Faina Balakhovkaya recopiló 78 reproducciones de pinturas de artistas rusos notables, entre ellos los vanguardistas Mijail Larionov, Natalia Goncharova, Kazimir Malevich, Vladimir Tatlin y Alexander Rodchenko, junto con artistas modernos como: Yuri Zlotnikov, Viacheslav Koleichuk y Eric Bulatov.
«Hemos seleccionado las obras más importantes, interesantes y espectaculares, pensando también en el público de masas y en gente que no sabe nada del arte del siglo XX», dijo Balakhovkaya. «El arte nacional del siglo XX es bastante diverso y contradictorio: el desarrollo de la vanguardia fue severamente interrumpido por el realismo socialista (un estilo de arte realista desarrollado durante el reinado de la Unión Soviética) que era obligatorio para todos».
Entonces, ¿por qué no sólo celebrar una exposición en un entorno que esté más alineado con la visión de arte, como un museo? Pues muy fácil, la idea de mezclar el transporte público con obras de arte es realmente muy ingeniosa. Simplemente hay que preguntarle a cualquier persona que haya viajado en esos vagones, la mayoría se olvidan de agarrar el celular o sacar un libro. El viaje se vuelve mucho más entretenido. Y, sobre todo, el uso de un lugar lleno de gente como el metro garantiza que una gran cantidad de gente pueda ver los cuadros. Aproximadamente 2.400 millones de personas utilizan el metro de Moscú cada año, según la Asociación Internacional de Transporte Público.
Balakhovkaya admite que uno de los aspectos más desafiantes que enfrentó durante este proyecto fue trabajar con un lugar tan poco ortodoxo (para exponer cuadros).
«El metro no es una galería o un museo», dice Balakhovkaya. «Es imposible colgar las reproducciones de arte y esperar que sean percibidas tan intensamente como los originales. Quería construir una idea relacionada con el arte que fuera lo más completa, pero no exhaustiva. Por lo tanto, (para esta exhibición) sólo mostramos fragmentos de pinturas».
Además de lo que está expuesto, los viajeros pueden utilizar sus celulares para acceder a una colección de historias y videos pertenecientes a las obras maestras. La exposición subterránea también es un medio para que la galería atraiga a más visitantes al museo (la parada está en la misma línea de metro)y puedan ir a ver algunas de las pinturas originales.
