Cusco, declarada como Patrimonio de la Humanidad en 1983, es una ciudad de arquitectura colonial inca, de lugares místicos y alucinantes. Recorrer sus estrechas calles y callejones nos sumergen en un recorrido que aviva el espíritu latinoamericano.
Plaza de Armas
La Plaza de Armas es la plaza principal de la ciudad, ubicada en el centro colonial. Fue un pantano que durante el imperio inca fue secado y transformado en el principal centro administrativo y religioso del imperio. Con la llegada de los españoles, casas y templos religiosos fueron construidos a los alrededores de la plaza.
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El barrio de San Blas
El barrio de San Blas es un ícono de la arquitectura colonial, conocido como el barrio de los artesanos: acoge a artistas que desbordan en sus estrechas calles, colores y sonidos. La Plazoleta de San Blas, junto a la iglesia del mismo nombre, son los sitios más representativos del sector. La iglesia fue construida sobre un santuario inca dedicado al culto del Illapa: dios del trueno, relámpago y rayo.
Iglesia y Mercado de San Pedro
La actual edificación de la Iglesia de San Pedro, a escasos metros de la Plaza de Armas, Patrimonio Cultural de la Nación, fue construida entre 1688 y 1699. El Mercado de San Pedro, aledaño a la iglesia, es un centro de venta de alimentos, ropa, bebidas y más; sonidos, olores y colores contrastan a cada paso; la amabilidad de su gente, buenos precios, historias urbanas, crean un ambiente de sencillez y nostalgia.
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Recorrer el centro histórico de Cusco es una experiencia única. Historias representadas en paredes, en coloridas ventanas y puertas, templos, plazas y más.
A cada paso encontramos a vendedores de artesanías, mujeres humildes y trabajadoras, que ofertan pulseras, sacos, gorros y más. Sus precios oscilas entre uno y 20 soles, entre risas y fotografías es posible obtener un descuento.
