El artista polaco Damian Lechoszest crea pinturas realistas envueltos en una sensación de nostalgia: los personajes que abordan sus obras son de los más diversos: mujeres, hombres, niños, ancianos. Incluso algunas pinturas, cuyos personajes no parecen estar atados a ninguna época en especial, parecen ser. Pero lo más sorprendente ocurre cuando los modelos que inspiraron esas pinturas posan al lado de las obras. El nivel de realismo de las pinturas resulta ser impresionante.
Damián pinta principalmente retratos y los modelos son tan fieles a la obra que destaca en el artista el uso de una intuición inusual y una actitud analítica. Las obras se venden en todo el mundo, incluidos República Checa, Alemania, Rusia, Gran Bretaña, Irlanda, Francia y EE. UU. Una de sus pinturas Retrato de Juan Pablo II cuelga en el famoso Monasterio Paulino de Jasna Góra en Polonia.
La mayoría de los modelos que supieron inspirar las pinturas posan con el mismo atuendo y simulan la misma expresión de la obra. Tal es el caso de una mujer joven con un top negro y una falda a cuadros quien aparece junto a una pintura a gran escala de ella misma con el mismo atuendo. Salvo algún detalle como el peinado y/o alguna prenda, las comparaciones son casi idénticas, logrando un gran efecto visual la pintura de Lechoszest.
En las obras del artista polaco los fondos suelen ser paisajes históricos o bien simples. Es por esto que el foco de la atención del espectador se lanza sobre la persona retratada como el punto fuerte y esencial de la obra.
Al respecto el artista describe a sus obras: «Toda pintura abstracta imita la realidad en algún nivel, lo que contradice su abstracción teórica. Para mí, el objetivo es usar esta herramienta y convertirla en una pintura completa y, dado que intento pintar la belleza universal, limitar el simbolismo de mi trabajo al arquetipo arraigado en la conciencia colectiva».
«Un retrato es sólo una parte de ella, la más difícil. Por medio de un retrato, tienes que transmitir algo más que una forma visual. Necesitas referirte al misterio sin el cual el mundo no existiría. Me gusta ver a la gente parada frente a mis retratos«, ha precisado en entrevistas Damian Lechoszest.
«Sienten algo mágico, interactúan con la pintura. A menudo escucho que mis retratos son más reales que la realidad, sin embargo, después de un análisis detallado, puede parecer extraño. No incluyen ningún detalle y cuanto más nos acercamos, mayor impresionismo y abstracción podemos observar. Pero así es exactamente como intensifico el estímulo visual«.
Damian Lechoszest
«Toda pintura abstracta imita la realidad en algún nivel, lo que contradice su abstracción teórica. Para mí, el objetivo es usar esta herramienta y convertirla en una pintura completa y, dado que intento pintar la belleza universal, limitar el simbolismo de mi trabajo al arquetipo arraigado en la conciencia colectiva».
Damian Lechoszest
«Cada cuadro es diferente. El de tamaño medio necesita dos o tres semanas para estar terminado. No tengo prisa en el trabajo, no es mi objetivo terminar la pintura en dos o tres días. El único propósito es deleitar y encantar al espectador».
Damian Lechoszest
«Las ideas surgen de la observación de la vida misma. El hombre en el mundo de hoy corre demasiado rápido por la vida, ignorando no sólo las hermosas vistas, que no es capaz de admirar, sino también sin saber a dónde va y por qué. Usando todo mi conocimiento, estoy tratando de mostrarle al observador lo que puede ver todos los días y lo que no discierne. Oscar Wilde dijo: “El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible”.
Damian Lechoszest
