Un grupo de albañiles que se encontraban realizando trabajos de puesta en valor y restauración en un sector de la histórica Manzana de las Luces (uno de los principales complejos históricos de la Ciudad de Buenos Aires) encontraron valiosos restos arqueológicos. En principio se trataría de un complejo sistema de desagüe que permitía el escurrimiento de las aguas, además de una cisterna. Según revelaron los especialistas, estas reliquias datan de hace aproximadamente 400 años.
“En este momento está trabajando el equipo de Antropología Urbana del Ministerio de Cultura ya que entendemos que, por su estado de conservación, es un hallazgo único”, declaró al diario Clarín Gustavo Blázquez, director del Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces.
El proyecto de restauración de este histórico edificio ubicado en pleno centro porteño se inició a comienzos de este año con el vaciamiento de muchos espacios, que desde hace años, eran usados como depósitos.
«Cuando tomamos la gestión de la Manzana nos encontramos con la Sala de Representantes llena de latas de pintura, puertas, ventanas y hasta de rollos de lana de vidrio (…) Además, el acervo del Palais de Glace, que está cerrado desde diciembre de 2017, se encuentra en una zona de galerías abovedadas, que pertenecen a las construcciones jesuíticas. O sea, que esta zona, al igual que los túneles, actualmente se encuentra inhabilitada para poder ser visitada, pese a que se encuentra en buen estado», concluyó Blázquez.
Sobre La Manzana de las Luces
La Manzana de las Luces alberga varias de las construcciones más antiguas de la Ciudad de Buenos Aires, como la Iglesia de San Ignacio, obra de los jesuitas, considerada la de mayor edad que todavía se conserva en pie en la ciudad.
Por debajo de la Manzana de las Luces corren algunos de los túneles construidos en la época colonial, utilizados para la defensa y el contrabando. Como si se tratara de un viaje en el tiempo, quien recorra la Manzana de las Luces podrá tener una mejor idea de cómo era Buenos Aires antes de la Independencia, recorriendo la Iglesia de San Ignacio, la Sala de Representantes, la Procuraduría de las Misiones y los túneles del siglo XVII.
Este solar quedó identificado por primera vez con ese nombre en un artículo del periódico «El Argos» en 1821. Se lo llamó así por las instituciones de carácter cultural que funcionaban allí: el Colegio de San Ignacio -hoy Colegio Nacional de Buenos Aires-, el antiguo edificio de la Universidad de Buenos Aires, el primer teatro, el primer museo de la ciudad, la Real Imprenta de Niños Expósitos y la Biblioteca Nacional.
