«Savor the Sea Caves: An Ocean Floor Culinary Adventure» es una experiencia gastronómica tan extravagante como sencilla. A decir verdad, el carácter extraordinario de la misma no reside en el menú -aunque no es para nada austero, si no más bien suficientemente atractivo-, si no en la vivencia que conlleva apuntarse a una iniciativa como esta.
Se trata de una propuesta culinaria organizada, diseñada y dispuesta para ser disfrutada en cuevas talladas en acantilados rojos. El lugar donde ocurre ha sido perfectamente moldeado por fuerzas de marea monumentales. ¿Cómo? Según explican, la marea baja dos veces al día en la Bahía de Fundy, y cuando baja, lo hace en gran cantidad.
A medida que el océano se canaliza hacia adentro y luego hacia afuera de la bahía entre las provincias atlánticas canadienses de Nueva Escocia y Nuevo Brunswick, sube y luego desciende unos 50 pies, lo que lo convierte en el rango de mareas más grande del mundo. Mientras tanto, existen unas seis horas en las que se vislumbra un encuentro íntimo y extraordinario para albergar Savor the Sea Caves: An Ocean Floor Culinary Adventure, una experiencia gastronómica que se asemeja a un picnic de primavera.
La propuesta es ofrecida por Bay of Fundy Adventures, una compañía de viajes de aventura confiable de la región que brinda experiencias personalizadas y guía en la naturaleza: «Nos enfocamos en la educación de aventura, culinaria y al aire libre mientras destacamos la Bahía de Fundy única e impresionante, hogar de las mareas más altas del mundo«, expresan desde su sitio web acerca de las insólitas propuestas.
Como se encuentra sujeto a las condiciones naturales, la experiencia solo se ofrece una o dos veces al año: está abierta a grupos de 24 personas. Generalmente, se reúnen en el pequeño pueblo de St. Martins, a unos 45 minutos de la ciudad costera de Saint John y tres horas al norte de Maine. La marea baja tanto que el fondo del océano lleno de grava se extiende entre el estacionamiento y el agua. Con la marea tan baja, existe tiempo suficiente para completar nuestra experiencia gastronómica de cuatro horas.
El simpático grupo a bordo conversa mientras esperan ser conducidos a las cuevas y comenzar la aventura. En el viaje a la cueva marina del comedor, los guías se toman su tiempo y se detienen para educar a los invitados sobre la historia de la Bahía de Fundy. Mientras, los participantes caminan y se detienen a escuchar las explicaciones.
Una primera parada permite disponerse por un rato en una boca de una cueva poco profunda para picar aperitivos. Tragos y pinchos coloridos recrean una imperdible postal:
Luego, el grupo se embarca en el viaje a la cueva marina más grande, donde se sentarán para la cena. Mientras tanto, se recorren afloramientos rocosos cubiertos de gruesas capas de algas; se sube y baja, a lo largo de un camino tan lejos de la bahía que es difícil creer que todo estará bajo el agua dentro de seis horas.
La recompensa es una larga mesa de picnic, que está instalada en la entrada de la cueva: