La crecida del río Iguazú no cede y los pobladores y visitantes aún se encuentran en alerta. Después de alcanzar el pico máximo el pasado jueves, cuando tocó los 16.500 metros cúbicos, el caudal del agua permanece por encima de lo normal con 10.300 metros cúbicos por segundo. Además, en las últimas horas, provocó el desprendimiento de varios tramos del piso de la pasarela, que terminaron en el lecho del río.
El intendente del Parque Nacional Iguazú, Atilio Guzmán, confirmó esta información aunque aún no se pudo establecer la magnitud del daño causado por la repentina creciente. Asimismo, el funcionario advirtió que se debe esperar que el río baje aún más para poder evaluar con certeza la dimensión del daño ocasionado. Es por eso que se vuelve imposible anunciar una posible fecha de reapertura de ese circuito.
Por el evento, Parques Nacionales y la empresa Iguazú Argentina, concesionaria de los servicios en Cataratas, dispusieron el cierre de la pasarela que conduce a Garganta del Diablo en pos de salvaguardar la seguridad e integridad de los visitantes.
El incremento del caudal del agua se debió a las abundantes precipitaciones que se registraron sobre las altas cuencas del río Iguazú, en territorio brasileño. Allí están instaladas una serie de centrales hidroeléctricas que no tienen capacidad de retención de semejante nivel de agua, motivo por el cual abrieron las compuertas, generando un rápido incremento en la altura del río Iguazú en Misiones.
Cabe destacar que en la ultima crecida del mes de junio, el caudal que alcanzó los 10.500 metros cúbicos, dañó las pasarelas que fueron reparadas en dos días y el paseo estuvo cerrado solamente 7 días
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