Un nuevo sismo de magnitud 6,4 sacudió la provincia turca de Hatay (sur), a tan solo dos semanas del devastador terremoto que dejó más de 41.000 muertos en ese país y en la vecina Siria. También se registaron 90 réplicas entre ellas una de 5,8. El sismo se sintió también en Líbano y Chipre, según periodistas de la AFP.
Las autoridades advirtieron a la población que se mantengan alejados de la costa en la provincia de Hatay, ya que el nivel del agua podría subir medio metro tras el nuevo seísmo e, incluso, hay riesgo de tsunami.
El saldo de víctimas no fue mayor porque desde el primer temblor ningún edificio en Antioquía y sus alrededores está habitado y la población pernocta al aire libre, en tiendas de campaña o en casas prefabricadas que se van instalando.
Se sabe que tres de las seis víctimas fatales eran personas que habían entrado en edificios vacíos aún en pie para recuperar sus pertenencias cuando se vieron sorprendidos por el sismo.
“Era terrible, nos han caído encima ventanas rotas. Todo el mundo ha salido de las tiendas con pánico. Con la oscuridad no se puede ver todavía qué ha pasado”, dijo a la agencia de noticias EFE por teléfono Ugur Sahin, un reportero del diario BirGün.
