La arquitectura negra tiñe los paisajes de los Pueblos Negros de Guadalajara, una región marcada por el imponente uso de la pizarra en tejados y paredes. Dos rutas prometen sumergirte en esta maravillosa experiencia a tan solo una hora y media de Madrid. ¡Prepárate para sumergirte en un mundo donde todo se viste de negro!
Primera Ruta: De Cogolludo a Valverde de los Arroyos (Guadalajara)
La travesía inicia en Cogolludo y transcurre por Tamajón, Almiruete, Palancares y Valverde de los Arroyos, con la opción de culminar en el Hayedo de Tejera Negra, un tesoro reconocido como Patrimonio de la Humanidad y el bosque de hayas más austral de Europa. En esta ruta, el Palacio de los Duques de Medinaceli en Cogolludo, una obra cumbre del renacimiento español del siglo XVI, marca el inicio, aunque aún no se vislumbra la arquitectura negra.
En Tamajón, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y el Ayuntamiento en el Palacio de los Mendoza, ambos del siglo XVI y de estilo plateresco, ofrecen una belleza arquitectónica imperdible. Almiruete y Palancares, aunque pequeños en población, ostentan encantadoras muestras de esta arquitectura, destacando la iglesia de la Asunción en Almiruete y el peculiar tamaño de Palancares, con apenas ocho habitantes en 2017.
El clímax llega en Valverde de los Arroyos, con sus viviendas de dos plantas construidas en pizarra, la fuente de la Plaza Mayor y la Iglesia Parroquial de San Ildefonso, todo un despliegue de arquitectura negra. Además, una pequeña excursión hasta Las Chorreras de Despeñalagua, la cascada más icónica de la sierra, agrega un toque mágico a esta escapada.
Segunda Ruta: De Tamajón a Majaelrayo
La ruta se despliega desde Tamajón hacia Retiendas, pasando por el monasterio de Santa María de Bonaval, un tesoro cisterciense del siglo XII que se encuentra en proceso de restauración y que ofrece visitas guiadas a través de reservas online.
El recorrido continúa por las pedanías de Campillejo, El Espinar y Roblelacasa, todas pertenecientes a Campillo de Ranas y todas envueltas en la estampa distintiva de la arquitectura negra. Robleluengo, en especial, destaca por su conjunto de edificios de pizarra antes de concluir el viaje en Majaelrayo, punto de acceso al pico Ocejón con rutas que prometen una experiencia natural inolvidable.
