Y quien no quisiera tener una abuela así. Kimiko Nishimoto está cerca de cumplir 90 años y cuenta con más de 65.000 seguidores en Instagram, un éxito conquistado en sólo dos meses gracias a los divertidos posts que comenzó a publicar desde noviembre.
Kimiko descubrió la fotografía ya de grande, tras una vida entera como ama de casa. Pero, cuando comenzó a tomar clases a los 72 años, fue amor a primera vista.
«Amo mi cámara de fotos. La guardo junto a mi cama cuando duermo, por si acaso. Siempre la tengo cerca de mí»
Las fotografías de Kimiko son realmente muy divertidas y se las saca ella misma, sin ayuda. Aparece por ejemplo con la cara desencajada de angustia tras fingir que cayó de su bicicleta, llorando porque está a punto de ser atropellada o gritándole a una bandada de cuervos negros furiosos que supuestamente la atacan, entre muchas otras situaciones simuladas.
«Las ideas no me viene de repente a la mente. Pero cada vez que voy a un lugar, me imagino de qué manera divertida podría vestir yo ese lugar».
Su reciente aparición en el mundo de las redes sociales difundió su nombre mucho más allá de las fronteras de la provincia japonesa en donde vive. En diciembre, fue honrada en Tokio donde muchos seguidores acudieron a la galería donde presentaba sus obras.
«Al principio no sabía que mis fotos eran tan populares. No es que yo intente sorprender a la gente, simplemente tomo las fotos que encuentro divertidas»
Ella misma gestiona su cuenta de Instagram y maneja programas de edición, al punto de que en una de sus fotos aparece «levitando» ante el altar que recuerda a su difunto marido: «Mi esposo murió hace cinco años pero todavía hoy en día le sigo mostrando mis fotos».
Ahora Kimiko Nishimoto vive sola y tiene tres nietos y seis bisnietos. A través de sus fotografías, busca hacer reír a sus seguidores y compartir su alegría con los demás, una genia!
«Yo simplemente quiero traer alegría. Este es el secreto de mi felicidad y me gustaría seguir mientras esté con vida»
