La Torre de Londres, símbolo de la historia británica y escenario de intrigas, prisiones y ejecuciones, acaba de sumar un nuevo y estremecedor capítulo a su legado. Un equipo de arqueólogos encontró decenas de esqueletos humanos durante las excavaciones realizadas en la Capilla Real de San Pedro ad Vincula, en el corazón del complejo.
El hallazgo comenzó en 2019, cuando las obras para instalar un ascensor revelaron los primeros restos. Lo que parecía un descubrimiento menor terminó convirtiéndose en la excavación más importante en la Torre en los últimos cuarenta años. En la campaña de 2025, los investigadores desenterraron más de veinte individuos, algunos en fosas comunes vinculadas a la peste negra del siglo XIV, y otros en sepulturas individuales que pertenecieron a personajes de alto rango o relacionados con la vida religiosa.

Entre los hallazgos más llamativos destacan tres esqueletos de los siglos XII y XIII enterrados en ataúdes, práctica inusual para la época, lo que confirma su relevancia social. Uno de ellos conservaba un fragmento de sudario medieval, pieza excepcional para el estudio textil. También se encontraron dos vasijas con carbón en otro enterramiento, posiblemente de carácter ritual.
Además de los cuerpos, las excavaciones revelaron capas arquitectónicas que documentan ocho siglos de transformaciones en la capilla: desde los tiempos de Enrique I y Enrique III hasta las reconstrucciones de Enrique VIII. Incluso se hallaron huellas de un incendio que habría destruido la capilla de Eduardo I a finales del siglo XIII.

El análisis científico de los esqueletos mostró contrastes notables: algunos presentaban dietas ricas y variadas, indicio de un estatus elevado, mientras que otros reflejaban signos de estrés fisiológico y alimentación precaria. Así, los restos ofrecen un retrato de la diversidad social que convivía alrededor de la Torre.
Tras los estudios osteológicos y genéticos, los cuerpos serán reenterrados en la cripta consagrada de la capilla, en un gesto de respeto hacia los difuntos y sus memorias.
Este hallazgo no solo amplía la visión histórica de la Torre de Londres, sino que también la revela como un espacio funerario y de refugio en tiempos de crisis, más allá de su faceta militar y carcelaria. Las excavaciones permiten reconstruir con mayor detalle la vida cotidiana, las epidemias y los rituales que marcaron la Edad Media en Inglaterra.





