Las turbulencias aéreas suelen ser motivo de nerviosismo e incertidumbre entre los pasajeros, aunque no representen un riesgo grave para la seguridad del vuelo. Para despejar dudas, el piloto Jaimes García compartió en redes sociales los procedimientos que se siguen desde la cabina para enfrentar estos episodios y minimizar tanto el impacto en la aeronave como la incomodidad de quienes viajan a bordo.
Según explicó, la primera acción es encender la señal de cinturón de seguridad, con el fin de resguardar a los pasajeros. “Primero de todo, poner las señales de los cinturones de seguridad para protegerlos a ustedes. Operacionalmente, lo que hacemos es reducir la velocidad del avión”, señaló García.
En vuelos a baja altitud, la aeronave puede estar viajando a unos 600 km/h y se reduce la velocidad a aproximadamente 470 km/h. En alturas más elevadas, donde los aviones vuelan al 80% de la velocidad del sonido, se baja al 76%.
Ajustes de velocidad y protección estructural
El capitán aclaró que la reducción no compromete la estabilidad aerodinámica. “No vamos tan despacio porque tenemos que hacer que el avión, aerodinámicamente, vuele”, explicó.
El objetivo principal es preservar la estructura de la aeronave, ya que un exceso de velocidad durante turbulencia intensa podría ocasionar daños. De esta manera, los ajustes de velocidad funcionan como una medida clave que equilibra seguridad y operatividad.
Además, existen otros protocolos que dependen de las características del avión y de las condiciones meteorológicas. “En algunos aviones se pone la ignición, porque con tanto movimiento puede que el combustible no entre al motor. Si la turbulencia es por nubes y hay condiciones de hielo, se activa el sistema antihielo”, detalló el piloto.
Con estas medidas, la prioridad es doble: proteger la integridad estructural del avión y garantizar la seguridad de los pasajeros, reduciendo al mismo tiempo la posibilidad de incidentes derivados de fenómenos atmosféricos habituales pero inquietantes para quienes temen volar.
¿Qué pasa si un piloto se enferma en pleno vuelo?
En entrevista con Excélsior, el capitán de aviación Eduardo Vargas explicó que en vuelos comerciales siempre hay al menos dos pilotos, y en trayectos largos incluso tres o cuatro, para cumplir con los tiempos de descanso.

Dentro de la cabina, los roles se dividen entre piloto volando (PF), encargado de controlar la aeronave, y piloto monitoreando (PM), responsable de la supervisión y las comunicaciones. Estos roles se alternan durante el viaje para garantizar la seguridad.
La incapacitación de un piloto es poco frecuente, pero existe un protocolo llamado pilot incapacitation. Todos los aviadores reciben entrenamiento recurrente en simuladores para reaccionar ante estas emergencias, que pueden deberse a dolores abdominales severos o a problemas médicos graves como un infarto.
Cuando ocurre, el piloto restante asume de inmediato el control total, se notifica a la sobrecargo principal y se solicita ayuda médica entre los pasajeros. Si la situación es grave, el vuelo se desvía al aeropuerto más cercano para brindar atención.
Este mismo procedimiento aplica también a cualquier miembro de la tripulación o pasajero que requiera asistencia médica urgente. La regla es clara: la seguridad de todos a bordo está primero.





