A los 84 años, la mayoría imagina una vida tranquila y rutinaria. Pero para Sandy Hazelip y Ellie Hamby, dos bisabuelas de Texas, la edad se transformó en una excusa perfecta para cumplir un sueño: darle la vuelta al mundo juntas.
Unidas por la amistad y el dolor de haber quedado viudas, encontraron en los viajes una manera de sanar. Inspiradas en el clásico La vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne, se lanzaron a recorrer el planeta con una premisa clara: “la edad nunca debe ser un límite para vivir nuevas experiencias”.
En menos de tres meses visitaron 18 países en los siete continentes. Ahorraron 20.000 dólares, planearon todo sin agencias de turismo y vivieron aventuras que pocas personas de cualquier edad pueden contar: tirolesa en Nueva Zelanda, paseo en camello y globo aerostático en Egipto, caminatas en Machu Picchu, tango en Buenos Aires, trineo en Finlandia y hasta un viaje en bote por la selva de Papúa Nueva Guinea.
Sus vivencias pronto llegaron a millones gracias a TikTok, donde son conocidas como “Las nonas viajeras”. Con casi 80.000 seguidores, sus videos inspiran a miles de adultos mayores que se animan a salir de la rutina tras verlas bailar, reír y explorar el mundo. Incluso crearon su propia marca personal: camisetas con sus fotos y la frase “La vuelta al mundo en 80 días”, que se convirtieron en su sello en aeropuertos y estaciones.
Pero su historia no es solo de viajes. Nació de un duelo compartido. Sandy, médica, y Ellie, fotógrafa documental, se conocieron hace más de dos décadas en un taller de misiones médicas. La vida las volvió a juntar años después, cuando ambas quedaron viudas. Entre cafés, charlas y complicidad, decidieron que querían cumplir los 80 viajando durante 80 días.
La pandemia retrasó sus planes, pero no apagó sus ganas. En 2023 partieron desde Dallas hacia la Antártida, su lugar favorito, y cerraron la travesía en Australia. Lo que iba a ser una aventura única se convirtió en un estilo de vida: hoy, viajan cada año a un continente distinto y ya han recorrido más de 50 países.
El proyecto también se transformó en un libro, “Here We Go”, donde relatan anécdotas, reflexiones y fotografías que transmiten la filosofía que las guía: decir “sí” a la vida y confiar en la humanidad.
Para Sandy y Ellie, la mayor lección es simple: el mundo está lleno de belleza y de personas dispuestas a compartir momentos. Y si algo dejaron en claro es que la edad, lejos de ser un obstáculo, puede ser el motor para atreverse a vivir lo que siempre se soñó.
“Queremos que nos recuerden como dos viajeras que aman el mundo y a la gente que lo habita”, aseguran. Y vaya si lo lograron.
