Europa dio un paso histórico en materia de infraestructura. Italia y Austria inauguraron el primer tramo del Túnel de Base del Brennero, una colosal obra ferroviaria que alcanzará los 64 kilómetros de extensión, convirtiéndose en el túnel subterráneo más largo del planeta.
La perforación del último diafragma del túnel exploratorio marcó la primera conexión subterránea directa entre ambos países, un avance que permitirá en el futuro unir la ciudad italiana de Fortezza con Innsbruck, en Austria, en tan solo 25 minutos. Hoy ese trayecto demanda alrededor de 80 minutos.7
La excavación fue posible gracias a la tuneladora Flavia, una máquina de precisión de la empresa WeBuild, que abrió más de 14 kilómetros de galería bajo los imponentes Alpes. El proyecto incluye dos tubos paralelos y requerirá todavía trabajos adicionales de hormigonado, ventilación y sistemas de señalización antes de su apertura definitiva, prevista para 2032.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, celebró este avance como “un momento histórico”, mientras que el ministro de Infraestructuras, Matteo Salvini, destacó que la obra no solo reducirá tiempos de viaje, sino que también impulsará el comercio y la integración europea.
Diseñado para trenes de alta velocidad de hasta 250 km/h, el Brennero se convertirá en el corazón de un corredor ferroviario estratégico que conectará el norte y el sur del continente. Además, los responsables del proyecto subrayaron que se están aplicando medidas para minimizar el impacto ambiental, consolidándolo como un referente de ingeniería avanzada.
Con su futura integración a otras megaobras como el túnel Lyon-Turín, el nuevo corredor promete redefinir la movilidad europea y marcar un antes y un después en la forma de atravesar los Alpes.
