Impresionante: el Gran Cañón es uno de los destinos naturales más visitados de Estados Unidos. Cada año recibe a miles de turistas que llegan para descubrir su inmensidad y conocer una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo.
Allí se encuentra el Grand Canyon Skywalk, una pasarela de vidrio en forma de U situada a 1.300 metros sobre el borde del cañón. Y como si la adrenalina de este escenario no fuese suficiente, desde hace un tiempo se inauguró una tirolesa para poder admirar este destino único desde el aire.
Ahora podrás ver el inmenso Parque Nacional desde lo más alto. Sin dudas, una experiencia inolvidable apta para personas sin vértigo.
El Grand Canyon West cuenta con dos líneas de tirolesa, en donde se pueden deslizar hasta cuatro personas a poco más de 300 metros de altura. El primer tramo mide 335 metros de largo, mientras que la segunda parte, mucho más empinada, tiene una extensión de 640 metros.
Ambas líneas comienzan en Hualapai Ranch, a 1.600 metros del Grand Canyon Skywalk, y las entradas cuestan 89 dólares.
Si no te gana el miedo y consigues abrir los ojos, podrás disfrutar de impresionantes vistas desde las alturas del río Colorado a su paso por el lado oeste del Cañón. Sus pintorescos paisajes se tiñen de tonos rojizos que esconden un horizonte rocoso y semidesértico.
Los aventureros son lanzados a 72 kilómetros por hora a más de 300 metros de altura sobre el cañón.
¿En dónde se encuentra?
El Gran Cañón del Colorado se encuentra en el norte de Arizona, Estados Unidos. Está situado en su mayor parte dentro del Parque nacional del Gran Cañón (uno de los primeros parques naturales de los Estados Unidos) y fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979 por la UNESCO.
Es una experiencia abierta a cualquiera que pese más de 40 kilos y que esté dispuesto a volar sobre ese paisaje fascinante.
TIP: Si vas por la tarde, aprovecha para disfrutar de un atardecer único desde la tirolesa. ¡Inolvidable!
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Varias personas se deslizaron a en tirolesa a 90 kilómetros por hora desde la Torre Eiffel
Unos pocos afortunados saltaron de una plataforma que colgaba a 115 metros de la Torre Eiffel el martes para un emocionante recorrido por una tirolesa de 800 metros.
Los participantes viajaron a toda velocidad por el horizonte de París hasta la École Militaire a 90 kilómetros por hora.
Una voluntaria de 32 años con el equipo que dirige el evento, Cécile Bellanger, aterrizó con una gran sonrisa al otro lado de los jardines del Campo de Marte después de su paseo.
