Los vientos de un huracán distante avivaron los incendios en los bosques, causando una devastación en la isla de Maui, Hawái, el miércoles pasado. Estos incendios resultaron en la trágica pérdida de al menos seis vidas y forzaron a tanto a turistas como a residentes a huir de lugares de vacaciones que se transformaron en infernos llameantes.
Ante esta situación, algunas personas buscaron refugio en el océano para escapar de las llamas y la densa humareda. Como respuesta a esto, la Guardia Costera de Estados Unidos se movilizó para llevar a cabo operaciones de rescate, según un comunicado de prensa emitido por las autoridades del condado de Maui. Con el objetivo de brindar apoyo, la Cruz Roja Americana estableció un centro de evacuación en las instalaciones del instituto de Maui, según las indicaciones proporcionadas por las autoridades del condado.
En una conferencia de prensa, el alcalde de Maui, Richard Bissen, informó que se había confirmado el fallecimiento de seis personas debido a los incendios.
El miércoles, la información oficial acerca del número de víctimas y los daños en las estructuras era limitada. Sin embargo, los residentes, que estaban escapando de las llamas en medio del pánico, compartieron videos y fotografías en las plataformas de redes sociales. Estas imágenes mostraban nubes de humo apocalípticas que se cernían sobre playas y palmeras que antes eran consideradas paradisíacas.
La situación en Hawái evoca imágenes de devastación vistas en otras partes del mundo durante este verano, cuando los incendios desencadenados por un calor sin precedentes obligaron a evacuar a decenas de miles de personas en lugares como Grecia, España, Portugal y otras áreas de Europa.
Los expertos en el campo de la ciencia explican que el cambio climático inducido por la actividad humana, impulsado por el consumo de combustibles fósiles, está aumentando tanto la frecuencia como la intensidad de estos fenómenos meteorológicos extremos. Han estado advirtiendo durante mucho tiempo que los gobiernos necesitan reducir en gran medida las emisiones para evitar un futuro de catástrofe climática.
Dustin Johnson, residente de San Diego, se encontraba en Lahaina, al oeste de Maui, trabajando para una empresa de alquiler de embarcaciones que lleva a los turistas en excursiones de dos horas desde el puerto. En una entrevista con Reuters en el aeropuerto de Kahului, a unos 25 minutos en coche al este de Lahaina, compartió: “Fui el último en abandonar el muelle cuando la tormenta de fuego atravesó los árboles banianos y arrasó con todo a su paso. Corrí para brindar ayuda a todos los que pude en el camino”.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, los incendios de matorrales en curso son resultado de una combinación de factores, como vegetación seca, vientos intensos y baja humedad. De acuerdo con la Universidad de Hawái, aunque en algunas partes del archipiélago se registran grandes incendios casi todos los años, la magnitud de la situación actual es excepcional.
Para el martes en la noche, cientos de hectáreas ya habían sido consumidas por el fuego, resultando en el cierre de carreteras y escuelas en regiones de los condados de Hawái y Maui, tal como lo confirmó una proclamación de emergencia emitida por Sylvia Luke, quien ejercía como gobernadora interina de Hawái. Es importante señalar que el condado de Hawái abarca la Isla Grande, la cual se encuentra al sur de Maui.
Las autoridades han comunicado que los vientos procedentes del huracán Dora han avivado las llamas en todo el estado. Según el Centro Nacional de Huracanes, la tormenta se ubicaba aproximadamente a 795 kilómetros al sur-suroeste de Hawái a las 5 de la mañana, hora local.
Se mantenían en vigor los avisos de huracán para todas las islas hawaianas, previendo vientos intensos de hasta 70 kilómetros por hora, con posibles ráfagas alcanzando los 96 kilómetros por hora.
Ian Martin, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en Honolulu, indicó a Reuters que se espera que la peor fase de los vientos fuertes termine hacia finales del miércoles o principios del jueves.